Madrid. El Museo Nacional del Prado ofrece una nueva mirada sobre el papel de la Virgen de Guadalupe como objeto de culto y símbolo de identidad con la exposición Tan lejos, tan cerca. Guadalupe de México en España.
A través de casi 70 obras entre pinturas, grabados, esculturas y libros, la exposición muestra cómo esta figura religiosa, surgida en el cerro del Tepeyac en 1531, trascendió las fronteras novohispanas para convertirse en una presencia poderosa en el imaginario colectivo español.
El proyecto, comisariado por los doctores mexicanos Jaime Cuadriello (UNAM) y Paula Mues Orts (INAH), es fruto de años de investigación y colaboración entre instituciones, y se estructura en 11 secciones temáticas, combinando piezas de pequeño y gran formato, para mostrar desde las primeras representaciones de las apariciones, hasta sofisticadas vera effigies reproducidas con fines devocionales o políticos.
El recorrido arranca con una cartografía visual que documenta la sorprendente densidad de imágenes guadalupanas distribuidas por toda la geografía española. Esta dispersión responde a factores económicos, sociales y políticos como el comercio con las Indias, la minería y el trasiego de funcionarios virreinales. Las obras reflejan tanto la devoción como los intereses de comunidades, artistas, comerciantes, nobleza y clero, que hicieron de Guadalupe una devoción compartida.
Los núcleos temáticos abordan, entre otros, la transmisión del relato guadalupano mediante modelos narrativos y visuales estandarizados; la genealogía formal de la imagen y su conexión con iconos marianos europeos como la Inmaculada o la Tota Pulchra; su condición de «pintura no hecha por mano humana», emparentada con el concepto del Deus pictor; y la sacralidad de su manto, concebido como reliquia viva y objeto de veneración.
También se incluye un contrapunto con la pintura peninsular contemporánea, revelando afinidades y disonancias estilísticas con escuelas como la madrileña y la andaluza.
Particular interés despiertan las secciones dedicadas a las vera effigies, copias exactas o variantes tocadas a la original, que eran reproducidas con técnicas artísticas especializadas. Asimismo, destaca la presencia de materiales exóticos — nácar, marfil, latón— llegados a través del Galeón de Manila, que evidencian la proyección global del culto guadalupano y su inserción en redes transoceánicas de intercambio cultural.
La exposición incluye obras maestras de artistas novohispanos y peninsulares como José Juárez, Juan Correa, Manuel de Arellano, Miguel Cabrera, Velázquez, Zurbarán o Francisco Antonio Vallejo, entre otros. Un conjunto que traza un mapa artístico y simbólico de la devoción guadalupana vigente desde el siglo XVII hasta principios del XIX.
Como complemento a la muestra, la Fundación Casa de México en España colabora con una intensa programación cultural que profundiza en la dimensión simbólica y artística de la Virgen de Guadalupe.
El programa incluye conferencias de los comisarios, un ciclo de cine con títulos históricos y contemporáneos, cápsulas informativas y talleres de artesanía tradicional mexicana, impartidos por maestros de Michoacán y Chiapas. Estas actividades, desarrolladas entre el Museo del Prado y la sede de la Fundación, ofrecen al público una experiencia integral que entrelaza historia, arte y tradición viva.
La Virgen de Guadalupe también llegó a Italia y Portugal
¿Cómo de lejos y cómo de cerca de España estuvo la Virgen de Guadalupe de México entre mediados del siglo XVII y principios del XIX? Esta muestra da cuenta de la amplia circulación de una imagen sagrada que se propagó también por Italia, Portugal, los virreinatos de Sudamérica, el Caribe y Asia. Guadalupe de México fue la primera imagen mariana globalizada.
El envío de sus “verdaderos retratos” desde Nueva España a España testimonia las intensas relaciones entre familias y personajes que, desde ambos lados del océano, compartieron deseos, aspiraciones y sentimientos. A través de ellos se tejieron densas redes identitarias, culturales, políticas, sociales y económicas, hoy perdidas y que esta exposición busca restituir.
La Virgen de Guadalupe contaba con una leyenda piadosa, pero, ante todo, era un icono revelado cuya estampación a partir de flores sobre el inaudito soporte de una capa de tela burda hizo que los teólogos comparasen el fenómeno con la transubstanciación de misma Eucaristía.
También fue objeto de inspecciones por los artistas para tratar de entender su técnica y conservación milagrosa, interpretadas como signo de su carácter sobrenatural. Estos artistas también lograron copias más exactas, lo que permitía que éstas participaran de la cualidad milagrosa del original.
La exposición, integrada mayoritariamente por obras del patrimonio español, aborda la intencionalidad y función de las imágenes guadalupanas, tan diversas pese a reiterar un mismo prototipo, y apunta a sus semejanzas y contrapuntos con otras devociones europeas o tratadas por la pintura española.
El ciclo de conferencias de la exposición «Tan lejos, tan cerca. Guadalupe de México en España» se abre con la ponencia de la co-comisaria Paula Mues Orts, titulada «Única efigie, retratos múltiples. Guadalupe de México y sus copias». Más actividades: https://t.co/6FBmFflqU5 pic.twitter.com/y5G0kQo0hS
— Museo del Prado (@museodelprado) June 10, 2025
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