Von Rossum, el mítico narrador entra al Salón de la Fama de la NFL

Esta entrevista, de 2014, es una de las pocas que ha dado el decano de la crónica del futbol americano que ayer ingresó al recinto de los inmortales de Canton, Ohio
Fernando Von Rossum aceptó hablar de su vida, esa que lo llevó hoy a ser parte del Salón de la Fama de la NFL.
El primer narrador mexicano en ser inducido al Salón de la Fama de la NFL. Foto: Especial

Era la víspera del Super Bowl XLVIII. Gracias a la intervención de su hijo y Ernesto del Valle, que lo convencieron para dar una entrevista “pues no le gustan”, don Fernando Von Rossum aceptó hablar de su vida, esa que lo llevó hoy a ser parte del Salón de la Fama de la NFL.

“Ya aceptó, te doy su número, llámale”, me dijo Fernando Jr. Al escucharlo su voz logró que viajara en el tiempo, cuando se le escuchaba narrar, con lo cual, sin proponérselo, se convirtió en maestro de la gran mayoría de quienes hoy ven los juegos frente al monitor para hablar de las acciones en el emparrillado.

Durante la charla vía telefónica el 21 de enero de 2014, don Fer preguntó por dónde iría la entrevista, y tras comentárselo, respondió que “con gusto”. Sólo pidió se le mandaran las preguntas por escrito, y él las respondería así.

Ese mismo día, los 23 cuestionamientos estaban en su correo electrónico, y el 22 de enero, las respuestas ya estaban de regreso…

Ayer Fernando Von Rossum, autor de frases como “¡Adiós, Nicanor!”, y “¡Ya cantó la gorda!”, que el 17 de octubre de 2010 compartió una de sus más de 2 mil transmisiones de la NFL con un tal Joe Montana, y se retiró el 11 septiembre 2016, nuevamente hizo historia al ser el primer comentarista/narrador de habla no inglesa en estar en el Salón de la Fama de Canton, Ohio, recibir el Ralp Hay Pioneer Award, al ser considerado el “locutor de habla hispana más importante e influyente de los juegos de la National Football League”.

Cabe resaltar que este premio se dio gracias a Álvaro Martín y Raúl Allegre, quienes en algún momento fueron sus compañeros de transmisión y que durante dos años trabajaron junto a la NFL para lograrlo.

Y como un homenaje a este conocedor que logró atraer y enseñar el deporte de las tacleadas a miles de hoy aficionados, he aquí su historia como él la escribió, y donde las preguntas, sobran. Gracias, don Fer.

Fernando Von Rossum aceptó hablar de su vida, esa que lo llevó hoy a ser parte del Salón de la Fama de la NFL.
Autor de frases como “¡Adiós Nicanor!”, y “¡Ya cantó la gorda!”. Foto: Especial

La historia de la leyenda Von Rossum 

“Nací en Monterrey, NL, y para los que les gusta la astrología, soy piscis como signo natal y géminis como ascendente. Fuimos tres, tengo dos hermanos, Carlos y Alejandro Von Rossum”, comienza don Fer.

“De niño y como era en ese tiempo, jugaba balero, trompo y yoyo, sin faltar la bolsa de canicas con la favorita, la tamalona (o bombocha). En cualquier parte se dibujaba un círculo y a jugar. Como no había televisión ni videojuegos que distrajeran, se vivía mucho en la imaginación, disfrutando en imitar a los personajes que veíamos en el cine.

“También desde muy chico me dio la afición por la lectura, hábito que se ha acrecentado con los años”, indica Von Rossum. “Soy un voraz e interesando lector ecléctico que termina dos o tres libros por mes.

“Estudie mis tres primeros años de primaria en el Instituto Regiomontano, y como nuestra casa estaba por la calle 15 de Mayo tomaba el camión escolar. El cuarto año lo cursé en el Colegio Franco Mexicano, por Hidalgo, ahí me iba a pie, quinto y sexto en el Instituto Franco de la Colonia del Valle, y la preparatoria en el CUM.

“Me recibí de ingeniero químico administrador en el Itesm en febrero de 1965, y por varios años trabajé en la industria combinando con algo de televisión. Finalmente tuve que tomar la decisión de uno u otro, y opté por la comunicación. La maestría en Administración también la obtuve en la Escuela de Graduados del Tec. En la escuela se jugaba en el recreo softball, espiro, futbol soccer y atletismo, a todo le hacía”, indicó Von Rossum.

Fernando Von Rossum aceptó hablar de su vida, esa que lo llevó hoy a ser parte del Salón de la Fama de la NFL.
Fernando Von Rossum previo a la ceremonia de inducción. Foto: Fernando Von Rossum de la Vega

Von Rossum y el deporte de sus amores

“Mi primer contacto con el futbol americano fue a través de mi papá, él y un grupo de amigos trajeron este deporte a Monterrey, publicaron el primer libro de reglas, formaron la primera Asociación de Árbitros, e incluso impulsaron la construcción del Estadio Tecnológico. Yo andaba con él cuando iba a arbitrar partidos, recuerdo que él, mi mamá y yo tuvimos que salir corriendo una vez del Parque Cuauhtémoc y Famosa, huyendo de una lluvia de piedras que nos perseguía como corolario de que en un juego muy disputado. No recuerdo los equipos, mi papá anuló la que parecía ser la anotación del triunfo al haber pisado fuera el corredor. Tendría yo unos cuatro años. Igualmente, cada fin de año viajábamos a San Antonio, Texas, a casa de un tío para ver todos los partidos del día 1, y algunos de la NFL.

“En algún momento, consideré ser parte del deporte, y lo jugué en partidos entre colonias, pero en el Tec, con laboratorios casi todas las tardes, no fue posible intentarlo”, recuerda Von Rossum.

La locución: historia de una leyenda

“Mi carrera de comentarista inició en la Canal 6 de Monterrey pidiendo una oportunidad cuando éste empezó a transmitir partidos de la AFL, eso fue en octubre de 1963. Al mes siguiente sucedió el asesinato de (John F.) Kennedy y como dominaba el inglés me pusieron al aire a narrar los 3 días inolvidables de esa tragedia. Ahí en el 6, inicié y aprendí mucho de lo que se requiere para ser un cronista profesional.

“Como era el único, transmitía solo los partidos, incluso el 1 de enero hacía yo solo el Desfile de las Rosas y los dos Tazones Colegiales. Como a la mitad llegaba mi mamá con una charola de comida la cual aprovechaba en los tiempos fuera de los juegos.

“Posteriormente transmití por el Canal 12 de Monterrey los partidos de los Vaqueros de Dallas, encadenados al Canal 13 del DF. En ese tiempo obtuve el puesto de gerente de Comunicación del Grupo Alfa, y como eran participantes del 25% de las acciones de Televisa me sugirieron que de seguir transmitiendo debería ser por la empresa de casa así que acepté irme a Televisa.

“Todavía escucho los reclamos de mi querido amigo y colega José Ramón Fernández, director de deportes del 13, cuando le informé de mi decisión. Paradójicamente, mi salida de las transmisiones de la NFL del 13, le abrieron la puerta a Pepe Espinoza, quien me sustituyó.

“Un par de años antes me di cuenta que no era posible hacer una buena transmisión estando solo, así que le pedí a mi estimado amigo y compadre Víctor Serrato que si me daba la mano. Afortunadamente aceptó, y con su metódica forma de analizar los partidos se convirtió en un agudo y ameno colega.

“Cuando me hablan de Televisa les solicité que fuéramos en pareja, Serrato y yo, y aceptaron, poniéndonos de compañero a Jorge Berry, con el que tuvimos una larga y fructífera relación profesional. Era una persona culta y conocedora, con buen sentido del humor.

“Roberto Keoseyán se incorporó después, cuando Jorge se había ido de Televisa y Víctor se había retirado. Era divertidamente asertivo y gracias a su mamá, que nos enviaba cada domingo una bolsa de sabrosas tortas, se pasaban bien esas 6 horas del par de partidos los domingos. Y, claro, en los lunes en la noche, ‘¡pongan más café!’.

“Pare ese tiempo, el tercer compañero era Toño de Valdés, y posteriormente Enrique Burak y Pepe Segarra. Tuvimos una excelente relación profesional y personal, fue un gusto y un privilegio haber trabajado con todos ellos.

“‘¡Ya cantó la gorda!’ era una traducción de una conocida frase estadunidense, que se refería a que los resultados de un partido se definían hasta el final: ‘The opera ain’t over till the fat lady sings’, literalmente, la ópera no termina hasta que cante la gorda… lo cambiamos a ‘¡Ya cantó la gorda!’. Recuerdo la risa del Lic. (Jacobo) Zabludovsky un lunes por la noche que entró al estudio para ver cuanto le faltaba a Berry, ya que hacía los deportes en 24 Horas, y le tocó escuchar esa frase.

“Dejé Televisa después de la temporada de 1984 al ser nombrado director de Radio Gobierno y Televisión en Nuevo León, durante la administración del Lic. Jorge Treviño. No obstante, el daño temporal a mi vida personal, profesional y familiar al finalizar mi encargo, fue para mi un privilegio y honor servir a mi estado. Tuve que exiliarme durante cinco años hasta poder echar abajo las falsas acusaciones que con dolo y saña hizo en mi contra el siguiente gobernador.

“Durante el tiempo que estuve como director del Canal 28, a petición directa del Lic. Pablo Marentes, director de Imevisión, volví a las transmisiones de la NFL, haciéndolo desde Monterrey, adonde viajaba Pepe Espinoza cada semana para acompañarme. Fue un buen tiempo donde pude conocer bien a Pepe, un excelente compañero y amigo, en las buenas y en las malas, y a quien recuerdo con mucho afecto y respeto. Se fue muy joven.

El regreso a los micrófonos

“Después del sentido fallecimiento de Pepe, Fox Sports decidió mover su base de operaciones a México, y localizó a mi hijo Fernando (Von Rossum de la Vega) para contratarlo para las emisiones de la NFL. No sé bien si motu proprio, o de acuerdo con Fox, me estuvieron insistiendo que volviera hasta que me convencí de que todavía podía aportar algo en el área de las transmisiones, quizá ayudando un poco al grupo de cronistas jóvenes que Fox Sports estaba desarrollando. No me he arrepentido un solo instante de mi decisión. Fox cuenta ya con un buen grupo de cronistas que, mezclando experiencia y juventud, han encontrado su espacio en el amplio mundo de la crónica deportiva. Es un gusto trabajar con ellos.

Fernando Von Rossum aceptó hablar de su vida, esa que lo llevó hoy a ser parte del Salón de la Fama de la NFL.
La leyenda del micrófono. Foto: Fernando Von Rossum de la Vega

“Fernando, mi hijo, ha hecho una muy buena carrera en la crónica de la NFL. Ha estado en varios medios y ya cumple más de 20 años de hacerlo. Mi consejo a él como a cualquiera que me pregunta es el mismo: ‘prepárate lo mejor que puedas y siempre respeta a tu público, que nos hace un honor con permitirnos entrar a su hogar. Nunca hay que olvidar que es un favor el que nos hacen al sintonizarnos y cualquier éxito o aceptación se lo debemos a ellos’.

“Lo mejor es siempre el comentario del televidente. Sea en un escrito o accidentalmente en algún lugar público, el percatarnos de que de alguna manera llegamos a influir o afectar a alguien, que casi nos consideran de la familia, y que les traemos recuerdos de tiempos pasados cuando veían los partidos con su papá, y que ahora los ven con sus hijos y nietos, es algo impactante e inolvidable. Nos hace presente la gran responsabilidad que es tener acceso a un medio masivo y que debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para dejar algo positivo a la audiencia.

“Con este Super Bowl en Nueva York (Denver Broncos 8-43 Seattle Seahawks) serán 19 los que he narrado. Todos tienen algo especial, pero cuando los Gigantes derrotaron a Nueva Inglaterra en el XLII para quitarles la temporada invicta, fue un momento muy especial.

“La afición de México respondería con creces llenando cualquier estadio donde se celebrara un partido de la NFL, pero supongo que en este momento para la Liga los euros cuentan más que los pesos. Lástima, México, después de los EU, es el país con más aficionados conocedores”, asegura Von Rossum.

Un deporte mágico

“El futbol americano es mágico porque combina una serie de factores muy atractivos. Es un duelo de estrategias, realizado por atletas de una habilidad difícil de comprender, con acciones vistosas y emocionantes, y donde no se sabe qué va a pasar. En un día cualquiera el equipo favorito puede perder, y la mayoría de los juegos se deciden hasta el momento final. Añadan el ambiente de los estadios, los diferentes climas, y hasta los errores de los oficiales, y se tiene un cóctel muy apetitoso. Además, las imágenes que nos da la televisión moderna, de todos los ángulos y cámara lenta, añaden mucho al espectáculo”, señala el cronista Von Rossum.

“Yo fui seguidor de los Acereros en la década de los 70, cuando ganaron aquellos cuatro Super Bowls en seis años, pero con los años me he dedicado a admirar los buenos conjuntos y jugadores, disfrutando esa mezcla de arte y fuerza, sin tener ya un equipo en particular.

“Respeto el estilo que cada quien tenga para comunicarse, pero nunca he sido de la opinión de que hay que gritar durante una emisión. Si alguien te invita a su casa, como lo es durante una transmisión, uno no llega alzando la voz. Hay maneras de transmitir emoción simplemente usando los silencios, o modificando el tono, sin necesidad de gritar”, alecciona Von Rossum para cerrar el tema.

Los golpes, para mejorar

“Con los años uno aprende que los golpes que da la vida son para aprender y mejorar. Es la oportunidad que nos dan para dar ese paso evolutivo que al final, es la razón por la que estamos aquí. No es tan complicado en la teoría, trata a los demás como quisieras ser tratado, aunque para ello haya que superar traumas, prejuicios y esos egos que siempre quieren imponer su dominio. Por eso el paso de los años es importante, porque aunque te vayas mermando físicamente, tu mente y tu espíritu van aflorando, y entiendes, al fin, ese juego tan fascinante que es la vida. Parafraseo a Nervo: ‘Estoy en paz, no nos debemos nada’.

“Soy como todos, un ser humano con sus virtudes y defectos. He tenido aciertos y cometido errores, obtenido logros y sufrido frustraciones, me han herido y he lastimado, a todos los cuales ofrezco mis disculpas. No es excusa, pero como toma tiempo aprender. Con todas mis fallas, hice lo mejor que pude en su momento, con la información, preparación, experiencia y madurez disponible. Agradezco a todos aquellos que por corto o largo tiempo fueron o son parte de mi vida. Todos me ayudaron a crecer. En términos de un juego me encuentro ya en los últimos minutos del cuarto cuarto de mi vida, espero que, como en tantos partidos, todavía pudiera venir lo mejor. Muchas gracias por su atención”.

Fernando Von Rossum fue inducido al Salón de la Fama de la NFL en Canton, Ohio, el 2 de agosto de 2024.

 

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