Capilla Gótica del Centro Cultural Helénico.

Estudio evidencia precariedad laboral, económica y creativa en teatros

La UNAM emprendió una revisión entre los más de 600 espacios escénicos que hay en el país, con el fin de entender su operación y funcionamiento

Falta de patrocinios y vocación productora, espacios rentados, precariedad laboral y carencia de prestaciones sociales a los trabajadores del teatro, son algunas de las conclusiones que arrojó el Observatorio Teatral, lanzado por la Universidad Nacional Autónoma de México durante la pandemia.

Desde su Dirección de Teatro, la UNAM emprendió un estudio estadístico entre los más de 600 teatros que hay en el país, de los cuales 105 respondieron, con el fin de crear una base de información para el análisis sobre su operación y funcionamiento en ámbitos diversos, como el laboral, programación e infraestructura, y de cuyos resultados se evidencia la precariedad y su dependencia de taquilla.

Juan Melíá, director de Teatro UNAM, detalla en entrevista que para el primer estudio Operación de los Espacios Escénicos en México, se envió un cuestionario de 55 preguntas a 619 operadoras y operadores de teatro, instituciones culturales y asociaciones de productoras y productores independientes que cuentan con datos de localización registrados en el Sistema de Información Cultural (SIC), y se recibieron 105 respuestas efectivas entre el 14 de diciembre de 2020 y el 28 de septiembre de 2021.

De las respuestas de los 72 foros públicos y 33 privados que participaron en el Observatorio Teatral (como se le denominó también al estudio), explica el funcionario universitario, se podrá conocer cómo realmente están operando, por ejemplo, se supo que la mayor parte de los foros no programan teatro.

“(El Observatorio) sirve para tener algo de lo que hasta ahora carecíamos. Muchas veces pensamos que vivimos en un modelo que todo mundo conoce, pero nos dimos cuenta que esas verdades no estaban avaladas por datos. Sirve para tener datos construidos entre todo sobre nuestra real forma de operación. Eso es de un valor enorme, que deberá mejorarse conforme vaya creciendo. Pero ya es una base para tomar en cuenta en discusiones, análisis e investigaciones”, explicó Meliá.

Tanto el estudio como las bases de datos estadísticos de los cuestionarios, que pretenden realizarse al menos una vez al año, desde el pasado jueves 16 de diciembre ya se encuentran abiertos a cualquier público de manera gratuita en la página de Teatro UNAM (teatrounam.com.mx), añadió el directivo.

“La encuesta fue un muestreo con un nivel de respuestas muy alto, de 619 instituciones que recibieron el correo con los cuestionarios, respondieron 105, lo que le da certeza. El 70 por ciento fueron teatros públicos y el resto, privados, que más o menos es la proporción en el total de teatros del país.

“No fue fácil que respondieran, la mayoría estaban cerrados por la pandemia. Los que sí respondieron y que tenían actividades virtuales y que sí podían acceder a su información, tenían que estudiar sus resultados anuales, legales, laborales, de programación, técnicos, de públicos, de desarrollo de público. Eran temas muy complejos que no abarcaban a una sola persona, sino a un equipo de trabajo”, indicó.

La iniciativa fue tomada por Teatro UNAM ante la nueva realidad que planteó la pandemia, que mostró “debilidades” de la institución universitaria, un “productor teatral potente” que debía analizarse más.

El Observatorio Teatral le dio da una herramienta para analizar sus formas de trabajo, de las que se concluye, entre otras cosas, que se tiene que llevar las producciones más a los espacios de calle.

“El estudio sirve para tener una realidad más clara y consciente de nuestra operación, para saber los resultados. Existen muchas debilidades, muchos teatros trabajan desde espacios rentados, o fuera de centros culturales, lo cual hace más difícil que público asista a ellos; o están trabajando muy bien en producción y desarrollo de público. También te dice que hay muchos espacios teatrales en el país que no programan teatro, eso te hace pensar muchas cosas sobre nuestras de trabajar juntos”, expone Melía, que también destaca que pocos teatros tienen programas de desarrollo y formación de públicos.

“Lo que va ayudar es a tener mayor información sobre cómo trabajamos, a poder enfocarnos en las formas de contratación, si los trabajadores del teatro tienen seguridad social, plazas permanentes o temporales. Es información absolutamente valiosa que nos permite entre todos quitar de en medio ideas que teníamos y enfocarnos en las cuestiones contestadas entre todos”, concluyó el funcionario adscrito a la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM (CulturaUNAM).

Los cuestionarios abordaron temas como carencia de seguros contra accidentes, ausencia de prestaciones para personal de teatros independientes, escasa producción de obras y carencia de patrocinios o la frágil sustentabilidad de recintos basada en ingresos de taquilla o en rentas a terceros.

Detallan las condiciones laborales en el sector cultural, la poca inversión en la producción de obras, la falta de articulación gremial y la incipiente línea de trabajo constante con los públicos y entornos.

El documento incluye un informe metodológico, un informe gráfico y un análisis estadístico de tablas cruzadas específicas entre teatros públicos e independientes, además de un primer análisis a cargo del gestor cultural Sergio Ramírez Cárdenas.

teatro
Imagen de la obra Tiburón, que se presenta en el del Teatro Juan Ruiz de Alarcón
Radiografía del panorama teatral

De acuerdo con el análisis de Rodríguez Cárdenas, del total de respuestas recibidas, la participación de los espacios escénicos de la Ciudad de México representa 40.9 por ciento, del total; la del norte del país 24.8; la del centro 18.1; y la del sur 16.2. Del total, 79 espacios escénicos pertenecen a las capitales de diferentes estados de la república.

De los 105 espacios escénicos, 72 declaran que el predio es público y 33 que es privado. En cuanto a la propiedad del inmueble de los espacios del ámbito independiente, la mayor parte, 58.1 por ciento, es de renta, lo que normalmente genera costos de operación más elevados en comparación con los que ocupan espacios propios o en comodato.

La pandemia de covid-19 agravó la situación de los espacios independientes. De ahí que haya crecido la tendencia hacia la asociatividad. En cuanto a la situación fiscal de los espacios, 51.7 por ciento está integrado por asociaciones civiles. Esto debido a que, al ser organismos sin fines de lucro, tienen la posibilidad de recibir donativos y participar en programas de apoyo financiero gubernamental.

De los espacios del ámbito público, 53.5 por ciento no invierte en producción de obras, frente a un índice de no inversión de 29 por ciento en los espacios independientes. De esto se deduce que la mayor parte de los espacios escénicos públicos no tiene vocación de productor, dejando esta tarea a los grupos y a las compañías que ahí se presentan.

Destaca que 90.1 por ciento de los espacios escénicos del ámbito público y 64.5 por ciento de los espacios independientes no cuentan con algún patrocinio. En cuanto a las prestaciones que los espacios dan a sus trabajadores, más de la mitad de los foros públicos da a su personal aguinaldo y seguridad social, mientras que 45.2 por ciento de los independientes no otorga ninguna prestación a sus elementos. Destaca que la mayor parte de los espacios públicos en México no cuenta con seguro contra accidentes para su personal, ni para artistas ni para la audiencia.

En la programación predominan el teatro (94.3 por ciento), la danza y la música (72.4 y 71.4 por ciento, aunque en los independientes, la música está por encima con 67.7 por 64.5 por ciento de danza), seguidos del performance (61.9 por ciento). En las tendencias domina lo contemporáneo (83.8 por ciento de los espacios escénicos), la dramaturgia nacional (74.3), lo clásico (64.8), la dramaturgia internacional (59), quedando lo comercial (35.2) en un porcentaje sensiblemente más bajo.

Con respecto al público, la asistencia promedio a las actividades en el espacio escénico público por función en el periodo reportado fue de 101 a 500 personas, 53.6, mientras que en el sector independiente fue de 21 a 100, es decir 67.7.

Por otro lado, 66.7 por ciento de los espacios reporta una asistencia de público femenino de entre 41 y 60 por ciento, mientras que 66.7 por ciento reporta una asistencia de público masculino de entre 31 y 50 por ciento.

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Imagen de la obra Tiburón, que se presenta en el del Teatro Juan Ruiz de Alarcón
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