Estudian vestigios de 13 mil años con fotogrametría multiespectral 3D

Científicos utilizan el Laboratorio de Arqueología Digital para estudiar los restos osteológicos, genéticos y bioquímicos situados en el osario de la Gran Plataforma de Tzintzuntzan
imperio tarasco

Mediante el uso de sistemas de visión por computadora y computarizados, además de la intervención de diversas disciplinas como la Antropología, Física, Computación, Medicina, entre otras, expertos del Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología (ICAT) de la UNAM, del INAH, y del Hospital General de México implementaron el Laboratorio de Arqueología Digital para el estudio del imperio tarasco.

El objetivo de este espacio de estudio, ubicado en el Centro INAH Michoacán, es desarrollar técnicas y métodos para el análisis digital de modelos del patrimonio cultural.

Entre los proyectos que se efectúan destaca el estudio de zonas arqueológicas por medio de drones y las representaciones y mediciones con el uso de fotogrametría multiespectral 3D de restos óseos, vasijas y tepalcates, ambos en colaboración con la Universidad de Auckland de Nueva Zelanda.

Con el financiamiento de National Geographic, el ICAT, la Universidad de Auckland, Harvard y el INAH, participan también en el análisis de la población que constituyó el imperio tarasco, hasta antes de la Conquista, por medio de los estudios osteológicos, genéticos y bioquímicos de restos humanos situados en el osario de la Gran Plataforma del sitio arqueológico de Tzintzuntzan, en Michoacán.imperio tarasco

El investigador del ICAT, Alfonso Gastelum-Strozzi, informó que el equipamiento del laboratorio fue posible con el apoyo de la UNAM, el INAH y la Universidad de Auckland, en particular del laboratorio de Patrice Delmas, con el cual “tenemos una relación de colaboración para la trasferencia mutua de algoritmos y equipos para el desarrollo de diversos proyectos”.

Algunos resultados, detalló, son la publicación de algoritmos que se utilizan en el estudio de las imágenes digitales para realizar medidas texturales y morfológicas, así como la generación de descriptores que se elaboran en conjunto con los especialistas en Arqueología y Antropología.

“Ya tenemos un acervo digital de zonas y objetos de interés a través del uso de diversas tecnologías, mapeo con drones, sistemas de fotogrametría y sensores lidar (LiDAR, Light Detection and Ranging o Laser Imaging Detection and Ranging), los cuales proporcionan información descriptiva de los diversos objetos de estudio”.

Con ello, abundó el científico universitario, se considera estudiar restos óseos, tepalcates y vasijas para determinar sus propiedades y composiciones.

Explicó que, por el grado de precisión requerido durante la medición de este sistema, es necesario automatizar los movimientos de la cámara (pues es imposible capturar las imágenes de manera manual), por lo cual se desarrollaron sistemas de manipulación de estos aparatos que nos permite obtener superficies 3D con resolución píxel micrométricas.

“Desarrollamos técnicas multinivel de adquisición de regiones, donde el primer nivel de información puede ser tomado a pie y después se integran adquisiciones de drones a múltiples alturas, con lo cual se puede utilizar inteligencia artificial para reconstruir grandes áreas con información detallada.

“Este método se ha aplicado en Nueva Zelanda para estudios ecológicos, y se busca disminuir los costos para aplicarlo a estudios arqueológicos”.

Otro de los beneficios del laboratorio INAH-UNAM es que diversos grupos de investigación y expertos en arqueología realicen análisis digitales de alta especialidad, y que las diversas disciplinas creen acervos digitales, además de nuevos modelos y conceptos a partir de las imágenes obtenidas. Este espacio es una base de desarrollo de tecnológica, técnica y conocimiento, puntualizó.

Por el momento, trabajan estudiantes de doctorado de las áreas de Cómputo, Arqueología y Antropología Física; más adelante, cuando las condiciones sanitarias lo permitan, probablemente participen alumnos de diversas áreas que aporten al desarrollo de los proyectos. Además, por primera vez, el próximo semestre se impartirá la materia de Arqueología Digital en el área de Cómputo, añadió.

En tanto, la investigadora de la Unidad de Investigación y Desarrollo Tecnológico del ICAT, Ingris Peláez, coincidió en que uno de los aspectos importantes del trabajo en conjunto es que estas herramientas son apoyo para el entrenamiento o formación de recursos humanos, a fin de que realicen sus tesis y exploren las piezas, y aprendan cómo se logra la arqueología de una manera digital sin dañar directamente el patrimonio.

El investigador del INAH, José Luis Punzo, mencionó que son varios los subproyectos que se llevan a cabo en colaboración, pues junto con Alfonso Gastelum-Strozzi, especialista en Física Médica y la antropóloga médica Ingris Peláez Ballestas, analizan restos óseos y objetos de hace 13 mil años que pertenecieron al imperio tarasco.imperio tarasco

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