La exposición Arte de los pueblos de México. Disrupciones indígenas reúne por primera vez más de 500 piezas procedentes de al menos 50 colecciones públicas y privadas, mismas que se podrán apreciar en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
El concepto curatorial estuvo a cargo de Juan Rafael Coronel —poeta, fotógrafo, narrador, crítico e historiador del arte, curador y editor— y de Octavio Murillo Álvarez, especialista en artes de los pueblos indígenas, así como Lucia Sanromán, directora del Laboratorio Arte Alameda.
La muestra reúne obras de 45 pueblos originarios de México y propone un cambio de paradigma en la apreciación de su producción artística, desde una perspectiva que busca trascender las categorías del arte occidental.
Las piezas provienen de más de 50 acervos, entre los que destacan las colecciones “Roberto Montenegro” del Inbal, del Museo Nacional de Antropología, del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, el Museo Franz Mayer, el Museo Nacional de Culturas Populares, el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, Fomento Cultural Citibanamex, el Museo Textil de Oaxaca, el Museo Comcáac y la Universidad Autónoma de Baja California, así como particulares.
Las obras reunidas son expresión de los conocimientos, historias, pensamientos e identidades de las colectividades creadoras y encarnan en parte sus múltiples maneras de percibir, sentir, entender y vivir el mundo, lo que da lugar a estilos genuinos y vigorosos dentro del contexto artístico contemporáneo.
Así, se podrán apreciar piezas de Salvador Xharicata, Noé Martínez, Octavio Aguilar, Yutsil, Fernando Palma, Demián Flores, Giovanni Fabián Guerrero, Kayúm Ma’ax, Saúl Kak, PH Joel, Maruch Sántiz, Ceci Gómez, Sabino Guisu, Ana Hernández y Baldomero Robles.
La exposición abre con “La utopía estética revolucionaria”, núcleo temático situado en los primeros años del México posrevolucionario, y da cuenta de la construcción del discurso nacionalista basado en la exaltación del campesinado –mayoritariamente indígena– y la reivindicación de sus expresiones culturales.
En el segundo núcleo, “El rostro de una nación”, se expone la importancia que tuvo el arte, en particular el popular, en la construcción del Estado posrevolucionario y su discurso nacionalista.
El recorrido continúa en “Irrupciones y confluencias”, donde se abordan las artes de los pueblos indígenas en su dimensión histórica. “Independencia estética”, cuarto módulo, es la columna vertebral de la exposición. Constituye un planteamiento acerca de la diversidad de cánones estéticos autónomos, distintos para cada cultura; la necesidad de superar el pensamiento occidental eurocéntrico como parámetro de universalidad y la importancia de acercarse a estas artes y sus creadoras y creadores en sus propios términos.
En “Arte para la vida” se puede apreciar la estrecha relación entre la creación artística de los pueblos indígenas y la vida comunitaria en sus diferentes facetas y dimensiones
Por último, “Resistencias y resonancias” recupera la producción artística contemporánea, las luchas y estrategias de los pueblos indígenas para autodeterminarse en diversos ámbitos, que incluyen los de la estética y la representación.
Arte de los pueblos de México. Disrupciones Indígenas está acompañada por una publicación realizada con el apoyo de la Fundación Jenkins, que tiene como objetivo reflexionar sobre los procesos de las artes de los pueblos indígenas, los contextos de producción y circulación de las obras, los paradigmas que han definido a estas artes y los pensamientos contemporáneos sobre descolonización.
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45 pueblos indígenas de México se hacen presentes a través de sus obras en el MPBA. Las piezas reunidas son expresiones de sus múltiples maneras de percibir, sentir, entender y vivir el mundo.
?“Arte de los pueblos de México. Disrupciones indígenas”, a partir del 27 de enero. pic.twitter.com/UC0AZNfs1S
— Museo del Palacio de Bellas Artes (@mbellasartes) January 25, 2022