La cuenta regresiva para el debut científico del Telescopio Espacial James Webb, “el más grande, poderoso y complejo que se ha construido y lanzado al espacio hasta ahora”, ha comenzado.
El artefacto promete revolucionar la ciencia espacial al captar la luz de la primera generación de galaxias del Universo primitivo y mapear su transformación con el tiempo; analizar los agujeros negros; estudiar la luz más antigua del cosmos emitida hace 13 mil 700 millones de años y explorar planetas del sistema solar.
El tema se abordó durante la conferencia «El telescopio espacial James Webb» en la astronomía mexicana, a cargo de Wofford, coordinado por los astrónomos Susana Lizano y Luis Felipe Rodriguez, miembros de El Colegio Nacional.
La investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, campus Ensenada, Baja California, explicó que se trata de hito para la humanidad porque el telescopio investigará las misteriosas estructuras del origen del Universo y permitirá conocer el lugar de los seres humanos en él.
El Telescopio Espacial James Webb, que lleva el nombre del desarrollados del programa Apolo de la NASA en los años 60, fue lanzado al espacio el 25 de diciembre del año pasado y su reto será permanecer en temperaturas de -233 grados Centígrados.
Now let’s get in formation ?
3 out of #NASAWebb‘s 4 instruments have been successfully aligned to its mirrors! This concludes the 6th stage of its 7 mirror alignment phases to create the most accurate & focused images possible: https://t.co/VjxlpXc857 #UnfoldTheUniverse pic.twitter.com/SDyDYQLnaB
— NASA Webb Telescope (@NASAWebb) April 1, 2022
Wofford explicó que JWTS estará a un millón y medio de kilómetros de la Tierra y tiene un diámetro de 6.5 metros, mucho mayor al del telescopio Hubble que contaba con un espejo de 2.4 metros de diámetro.
“Su reto será permanecer a temperaturas de -233 °C y es tan sensible que con él se podrá detectar el calor de un abejorro en la Luna»
«Uno de los objetivos del instrumento es explorar planetas del sistema solar. Va a poder recopilar datos sobre Marte, Urano, Neptuno, y astros más cercanos al Cinturón de Kuiper, para ayudarnos a construir una imagen más amplia de nuestro sistema solar”, señaló.
La planificación del James Webb inició en 1989, un año antes del lanzamiento del telescopio Hubble, y fue hasta 2002 que comenzaron las construcciones de sus piezas gracias a la colaboración de las agencias espaciales de Estados Unidos, Europa y Canadá. Debido a que en el Universo las fuentes de luz emiten una gran diversidad de rangos de colores como los rayos gamma, los rayos X o la luz ultravioleta, y a que el ojo humano solo puede ver un rango de luz, para estudiar la historia del cosmos se necesitan instrumentos especializados lanzados al espacio como el JWST.
Para la especialista mirar en la profundidad del espacio es mirar en el tiempo: “Cuando miramos al espacio estamos mirando hacia atrás; es decir, al mirar el Sol vemos cómo era éste hace ocho minutos, no como es ahora, debido a que la luz viaja a velocidad finita y la distancia entre el Sol y la Tierra es muy grande. Entonces, tarda cierto tiempo en llegar a nosotros. La luz que llega a la Tierra desde los objetos más lejanos en el Universo es de hace miles de millones de años.”
El James Webb también estudiará los agujeros negros lejanos y cercanos. “En nuestra Vía Láctea, mirará a través del polvo oscurecido para observar el centro de la galaxia, específicamente nuestro agujero negro supermasivo residente en Sagitario A”, dijo.
Además, en galaxias cercanas tomará espectros o datos en alta resolución para conocer las temperaturas, velocidades y composiciones de material en su centro, datos que los investigadores utilizarán para calcular la masa de los agujeros negros y el centro de la galaxia mediante el mapeo de las velocidades y de las estrellas centrales.
Entre los objetos cósmicos que serán analizados por los astrónomos con este telescopio se encuentran los cuásares, un tipo de agujero negro supermasivo activo que se ubica a una gran distancia y es considerado uno de los más brillantes del espacio: “Webb va a estudiar a los cuásares y sus galaxias y cómo sus agujeros negros influyen en las primeras etapas, en el desarrollo de las galaxias en el Universo muy primitivo.”
Comentó que científicos mexicanos tienen, por lo menos, cinco propuestas para desarrollar con ayuda de este telescopio. Uno de ellos es Joel Sánchez Bermúdez y sus investigaciones están relacionadas con el polvo producido por estrellas masivas, con la formación de planetas alrededor de otras estrellas y con la geología de la Luna IO, que es una de las grandes lunas de Júpiter. También está Omaira González-Martín, quien busca analizar los agujeros negros centrales de galaxias.
“Lo que yo quiero hacer con el Webb es utilizar el espectrómetro para lograr tener espectros simultáneos de muchos objetos. Quiero tomar espectros de galaxias muy lejanas”.