Alonso Hernández, alumno de la Preparatoria 2 Erasmo Castellanos Quinto, ganó el Premio Nacional Juvenil del Agua 2022 y será el representante de México en los Nobel Junior del Agua (Stockholm Junior Water Prize) en Suecia el 30 de agosto.
El reconocimiento fue entregado en la embajada de Suecia en México, así como un estímulo de 25 mil pesos; de ganar el certamen internacional se hará acreedor a 15 mil dólares, que recibirá de manos del rey y de la princesa de Suecia.
El segundo lugar del premio fue para Danna Misely de los Santos y Daniela Saraí Hernández, originarias de Tabasco; mientras que el tercer sitio lo consiguieron Fabiola Saavedra y Jocelyn Guadalupe, de Guadalajara, Jalisco.
La convocatoria tiene el propósito de proponer soluciones a los principales problemas de seguridad hídrica mediante la innovación, la ciencia y la cultura.
Además, sirvió de eliminatoria para el Stockholm Junior Water Prize, la competencia estudiantil en materia de agua más importante del mundo, conocida como el Premio Nobel Junior del Agua, organizada por el Stockholm International Water Institute.
El proyecto ganador de Alonso Hernández lleva como título “Descubrimiento de enzimas degradadoras de PET termoestables a partir de metagenomas”, detalla Brenda Terrazas en la Gaceta UNAM.
Sus asesores han sido su hermano Rodrigo Hernández, quien estudió Ciencias Genómicas en la UNAM, y su padre Justo Salvador Hernández, profesor de Ecología Acuática en la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza.
Su área de interés es la ciencia, sobre todo en física o matemáticas. “La idea fue de mi hermano, quien tenía la intención de que me sumergiera en el ambiente científico, así que me animó a participar en el Premio Nacional Juvenil del Agua. Él también había participado en un concurso anterior y ganado una mención honorífica”.
Una de las partes importantes de su proyecto, explica, hablando de la pandemia de Covid-19, es que pudo realizarse en un ordenador con conexión a internet y a través de consultas de base de datos genéticos de carácter público, lo que le permitió hacer toda la investigación desde su casa.
“Lo que se hizo fue seleccionar diversos sitios de muestreo de metagenomas, que son muestras de ADN ambientales. Se procesaron mediante un modelo probabilístico llamado Modelos Ocultos de Markov, buscando qué organismos poseían una secuencia específica de ADN.
“Estas secuencias codifican para dos tipos de enzimas la PETasa y MHETasa, enzimas que degradan el PET de manera natural a otras sustancias no contaminantes.”
Los sitios que eligieron para muestrear tenían ciertas características: altas temperaturas y que eran altamente contaminados por actividad antropogénica, ya que los organismos al encontrar altas cantidades de contaminantes tienden a aprovecharlo para realizar sus funciones.
“Estas dos enzimas se encuentran regularmente en la bacteria Ideonella sakaiensis, el problema es que no es un organismo termoestable, es decir, que a una temperatura superior a 37°C deja de funcionar, y son precisamente las altas temperaturas las que se requieren para el tratamiento de PET residual”, comentó.
Encontró dos organismos termoestables, uno que posee la secuencia genómica para sintetizar la enzima PETasa y otro para la MHETasa, organismos que son capaces de soportar hasta el doble de temperatura que Ideonella sakaiensis. Podrían ser útiles de manera más eficiente y sencilla para el reciclado de PET y su uso podría escalarse a un nivel industrial.
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📅Cierre: 15 de Agosto pic.twitter.com/WGcn3GgrXb
— Premio Nacional Juvenil del Agua (@premiojuv_agua) August 3, 2022