arácnido

Mis sorprendentes amigos arácnidos

Jamás me han dado miedo, me encanta buscarlos y fotografiar sus hermosos colores, ojos, ocelos y sus graciosos movimientos, en el caso de las arañas saltarinas

De entre los seres diminutos que más me gusta fotografiar, se encuentran los arácnidos (arañas y alacranes), de los cuales existen en nuestro país 5 mil 579 especies identificadas, que representan 6 por ciento a escala mundial.

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Araña lobo. Crédito: Jesús Peña

Cuando me enteré (hace tiempo) de la cantidad que había de especies fue muy sorpresivo y desafiante, ya que para entonces había fotografiado a muchas, que seguro no representan ni 0.1 por ciento de la cantidad registrada.

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Araña saltarina. Crédito: Jesús Peña

Por fortuna, jamás me han dado miedo estas amigas de ocho patas, al contrario, me encanta buscarlas e identificarlas para crear fotografías que muestran sus hermosos colores, ojos, ocelos y sus graciosos movimientos, escribo esto teniendo en la mente a las arañas saltarinas.

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Viuda Negra. Crédito: Jesús Peña

O cómo no hablar de los hermosos colores de las arañas del jardín o el temido reloj rojo que las arañas Viudas Negras presumen en su abdomen.

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Araña corinnidae Crédito: Jesús Peña

Un caso más sorprendente que me ha tocado presenciar ha sido cuando buscan los lugares altos para lanzar al aire una telaraña esperando que el viento las arrastre a otros lugares, una actividad que las arañas recién salidas del ovisaco buscan ejecutar y así expandirse.

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Araña escupidora. Crédito: Jesús Peña

Pero hay otras que siguen al lado de su mamá, como la araña Lobo que carga a sus crías en su abdomen, hasta que las hijas puedan sobrevivir por sí solas.

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Araña lince. Crédito: Jesús Peña

En México solo hay dos especies de importancia médica, la Viuda Negra y la Violinista, esta última tristemente no he podido encontrar para hacerle una macro sesión, pero la sigo buscando.

Contaría infinidad de historias que he vivido detrás de la lente, pero las imágenes hablan más, solo recordando que ellas jamás se nos lanzarán para hacernos daño premeditadamente, solo responden si son molestadas o por un infortunado accidente. De ahí en fuera, ellas evitan el contacto con el ser humano.

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