Toda entrevista es un acto de amor.
Gabriel García Márquez
Maruan Soto Antaki, con quien comparto hoy esta mesa, afirma en su prólogo a Voces y ecos literarios, la obra que hoy nos reúne, que son pocas las personas que sienten curiosidad, pocas las que cuestionan. La mayoría, dice, está satisfecha con lo que el mundo supone y afirma.
Pienso que tiene razón; sin embargo, para nuestra fortuna, Alfredo Campos Villeda no es una de esas personas. Alfredo es un periodista curioso. Y también un lector minucioso. Y un hombre culto y sensible. Sabedor de que conocer a detalle la vida y la obra de su entrevistado no es sólo un halago para éste, sino una muestra de respeto hacia su oficio y hacia sus lectores.
Es un políglota bárbaro, capaz de discutir con absoluta suficiencia en varias lenguas, no nada más sobre literatura, sino sobre cualquier tema: desde cultural hasta político, ya sea histórico o actual. Tan relajado o solemne como la ocasión se lo demande, Alfredo indaga en esta obra la opinión de veinte autores contemporáneos sobre diversos temas como la música, la cultura de la cancelación y el lenguaje inclusivo; además, baraja con ellos los candidatos al Premio Nobel, hace predicciones sobre el futuro del periodismo y averigua los procesos creativos o los rituales escriturales de cada uno, y siempre, siempre, se reserva un espacio para sonsacarles sus predilecciones en cuanto a obras y escritores mexicanos.
Es evidente que Alfredo prepara cada charla con dedicación. Buscando las preguntas correctas y discriminando, acaso, las que la agenda apretada del entrevistado en turno o la prudencia hacen necesario. En cada una de las veinte conversaciones nos acerca con los escritores que seleccionó para este volumen (ojalá el primero de muchos) Y nos permite conocerlos y conversar con ellos.
Con todo cuidado, se ocupa de mantenernos contextualizados en tiempo y en lugar; y con anotaciones oportunas genera una atmósfera para cada charla: desde cómo llega vestido el entrevistado, hasta el clima que hacía afuera, incluso recrea la sensación generalizada de apocalipsis que prevalecía en las entrevistas que, debido al confinamiento por pandemia, debieron llevarse a cabo vía remota a través de plataformas como Zoom o por correo electrónico.
Y sólo una vez que ha dotado a cada entrevista de un ambiente, una atmósfera y hasta un estado de ánimo particular —entonces sí—, toma al lector de la mano y lo pasea en volandas por el mundo onírico de Pascal Quignard. Luego lo deja caer, inclemente, en el pesimismo de Mircea Cartarescu; sin olvidar someterlo al estrés de hacerlo cómplice de aquella travesura que le jugó a la célebre escritora iraní Parinoush Saniee, cuando la tentó, cual serpiente con manzana, ofreciéndole un ejemplar de Los versos satánicos de Salman Rushdie, a quien también, por cierto, entrevista en estas páginas.
Su mente ágil y su amplia cultura le mantienen con el dato oportuno en la punta de la lengua lo que le permite, en más de una ocasión, completar las ideas de sus entrevistados y derivar hacia una nueva pregunta cada vez más brillante, cada vez más pertinente.
Y poco importa si conocemos a los escritores que Alfredo entrevista o si hemos o no leído los textos a los que hace referencia, porque a través de esta obra, los sentiremos cerca, familiares. Con toda seguridad se nos contagiará la curiosidad del entrevistador y surgirá en nosotros el interés por leerlos; porque Alfredo nos va develando no sólo el lado artístico de cada uno, sino también su parte más humana.
Así, entre charla y charla descubrimos por ejemplo que, con Arturo Pérez-Reverte, Alfredo comparte el doble perfil de periodista y escritor de literatura. Sólo que mientras Pérez-Reverte se muestra renuente a mezclar ambos géneros, Alfredo nos regala, a quienes somos sus lectores habituales, notas periodísticas sembradas de balazos líricos bellísimos.
Nos enteramos también, a través de Alfredo, de que el escritor francés Le Clezio, premio Nobel de Literatura2008, es un apasionado estudioso de la Historia de la Conquista de México y que por azares de su destino realizó su servicio militar en nuestro país.
O husmeamos en los secretos escriturales de grandes autores como Emmanuel Carrère, quien confesó a Alfredo que, para escribir, no necesita inspiración procedente de las musas, sino que le basta con la realidad que le rodea; o como el franco-libanés Amin Maalouf, quien reveló que abreva sus tramas de la Historia misma, Historia con mayúscula, a la que define como una reserva inagotable de personajes, dramas, hechos e ideas; aunque mi favorita de entre todas las confesiones que Alfredo consiguió en sus entrevistas, es la que le hace Quignard, que admite con toda humildad que él no escribe para nadie, sólo escribe. Como un pájaro que canta sin saber para quién.
Alfredo también logra sacudirnos, como cuando hace resonar la protesta del israelí Etgar Keret al afirmar que la cultura de la cancelación es un golpe fuerte a la creatividad y al humor, y que prohibir una obra porque su creador es mala persona, no es un castigo a su creador, sino a los lectores.
Y, finalmente, nos hace imaginar a Mircea Cartarescu, quizá levantando el índice flamígero, para enunciar esta sentencia que, aunque terrible, incluye una esperanzadora invitación a incursionar en la escritura y que reza así: “Perezoso mortal, salva tu vida, cierra los ojos y ábrelos en otro mundo que está esperando a ser creado por ti.”
Y me atrevo a afirmar que es justo esta intuición la que anima la pluma de Alfredo, siempre convencido de que la literatura puede salvarnos la vida.
Así que García Márquez tenía razón al afirmar que una entrevista es un acto de amor, porque, ¿qué acto de amor puede ser más grande que salvar vidas?
*Texto leído durante la presentación del libro Voces y ecos literarios, de Alfredo Campos Villeda, en la FIL de Minería el domingo 23 de febrero de 2025.
¡Es mañana!@FILMineria 1 pm@_Maruan y yo acompañamos a @acvilleda a presentar su libro “Voces y ecos literarios. Veinte entrevistas con escritores de nuestro tiempo” @LibrosCalyArena
¡Caigan a llevar love! ❤️🔥❤️🔥❤️🔥https://t.co/2NQANqRTLH pic.twitter.com/Xxw5t9L2uH— Claudia Duclaud (@ClaudiaDuclaud) February 22, 2025
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