calaverita

Calaveritas de Huerta, Marías y Lizalde

En soneto, romance y décimas se rinde homenaje a tres autores que murieron este año: David Huerta, Javier Marías y Eduardo Lizalde

Calaverita de David Huerta

La calaca se enamoró de Huerta,
siguió a San Ildefonso los cantos
Ven, David, tú secarás mis llantos
tejiendo versos con rima experta

En calma, el vate aún la reta:
de la lírica he extirpado ripios
métrica necia y rancios mitos,
mi alma nunca estará muerta

Marcha así David con la más flaca
seguro de su siembra y cosecha
mas a la huesuda asalta una duda

¿Será capricho?, revisa la fecha,
Huerta la contiene, y ella suda:
no tiembles, mi obra está hecha

David Huerta David Huerta

Calaverita de Marías

Camina con galanura
el autor Javier Marías
y la inoportuna flaca
le puso fin a sus días
Un grande debut marcaste
con Los dominios del lobo
y aunque tu pluma vuele
te voy a arrastrar al hoyo
El escritor se defiende
esgrime sus argumentos
mas ella pela los dientes
y niega llegar a acuerdos
Tú contaste en un cuento
que con la muerte se juega,
difuntos enviaban cartas
a amantes y descendencia
Marías hace memoria
y se rasca la cabeza,
de pronto sí la recuerda,
recuerda la negra pieza
“Cuando fui mortal” se llama
el texto del que te quejas
trató sobre un día de amor
sin trampas ni moralejas
A mí no me haces tonta,
repela agria la huesuda,
te burlaste del entierro,
lo pagarás con la tumba
Él no quiere discutirlo
ya no discute con necios
lo toma con buen humor,
para eso no hay remedio
Camino al camposanto
como es tan largo trecho
historias voy a leerte
y todo a voz en pecho
Acepta la huesuda,
no creas que son inventos,
dice el autor y saca
un volumen de sus cuentos

Javier Marías Javier Marías

Calaverita de Eduardo Lizalde

¿Pero quién se trajo un tigre?,
gritó crispada la flaca
es la mascota más rara
que se haya visto libre.
Y sentenció lanza en ristre:
Blake y Borges la pagarán
mi cólera no calmarán
mas tendrán su merecido
por la broma sin sentido
y a la fiera encerrarán

Ambos poetas negaron
la autoría de la burla
Yo no, tu enojo anula,
los dos a coro bufaron.
¿Pero quiénes la tramaron?,
la huesuda preguntaba.
López Velarde ahí estaba
con actitud sospechosa,
dijo Blake, voz maliciosa,
mas la Muerte lo dudaba

Hacia Ramón fueron prestos
la calaca y dos vates
y hallaron ahí a grandes
de la rima y los versos.
Reían muy traviesos
Lizalde y compadre
haciendo mofa aparte
por soltar al gato gordo
el más largo y pesado,
un emblema de su arte

Eduardo Lizalde Eduardo Lizalde

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