Las ferias del libro son los eventos donde toda la industria que rodea a un texto se da cita y, no menos importante, asistimos los lectores, nosotros, los seres humanos que defendemos los minutos u horas del día a día para tener un tiempo para leer. Y en este acto individual, solitario y rebelde, nos unimos como colectivo.
Esta FIL de Guadalajara fue realmente conmovedora. Me encontré con grandes autoras, llenas de sencillez, sensibilidad, seres humanos extraordinarios que dejaron llena mi alma y mi mente, como la increíble Irene Vallejo; reencontré a una amiga, Leticia del Rocío Hernández, llevábamos 20 años buscándonos, y la fortuna de leer y escribir nos hizo lograr el cometido, afuera del salón E, comentar los asuntos importantes de nuestras vidas, las pérdidas, las alegrías, antes de presentar su libro Buscando a Carmen.
Nadie sale ileso del tiempo…
Pero de todos estos, el reencuentro más importante que tuve fue con mi padre, quien se fue el 2 de septiembre de 2020, él fue uno más de la estadística, víctima del covid. Esta pérdida me llevó a escribir un guion a cuatro manos, acompañada de un gran amigo, Luis Enrique Valdovinos, trabajo que fue hecho a partir de un cuento que le había escrito a mi papá por los 50 años del movimiento del 68. Tuve que leer y releer varios textos sobre el movimiento. En mi memoria, una foto de mi padre que había salido en la segunda edición del libro La noche de Tlatelolco, de Elena Poniatowska, que curiosamente hace 24 años, cuando lo compré y observando las fotos, le dije a mi papá:
–Mira, aquí estás.
No obtuve respuesta. Sólo esbozó una sonrisa y cambió de tema. Misteriosamente, el libro desapareció.
En las siguientes ediciones que encontré, esta foto no aparecía.
Caminando por la feria con mi querida amiga Vero Mas, en el stand de ERA y Colofón vi el libro, con edición de fotos inéditas, y mi corazón brincó. Pedí desesperadamente a la amable mujer que trabajaba ahí si podía abrir el libro: la foto no estaba. Sacó tres ediciones más, abrió cada una, yo hojeaba los libros y le dije que estaba buscando a mi papá. Se me llenaron los ojos de lágrimas, y sus palabras fueron:
–Por favor abra todos libros, no importa.
Desilusionada después de abrir los dos de mayor tamaño, había perdido la esperanza. Cuando me mostró una edición pequeña, casi de bolsillo, pensé que no estaría ahí. A punto de decir “no lo abras”, ella se adelantó y lo abrió: ahí estaba la foto.
Reencontrar esa foto me regresó un pedazo de mi vida. Ya no quedaría solo en el recuerdo este registro que produjo una cascada de historias terribles y maravillosas.
Amigas, libros, autores y a mi padre, eso fue lo que me regaló la feria.
Te deseo que este 2023 tengas encuentros, reencuentros y los desencuentros necesarios.
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— FIL Guadalajara (@FILGuadalajara) January 2, 2023