La red social Facebook, con más de 2 mil 100 millones de usuarios en el planeta, que jugó un papel importante en movimientos de ciberactivismo como la primavera árabe, hoy genera problemas a la democracia, pues es uno de los mayores motores para la difusión de información falsa y en los que se vulneran datos personales.
Así lo afirma el académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Luis Ángel Hurtado, con motivo de los 18 años del lanzamiento de la red sociodigital de la empresa Meta.
De acuerdo con su estudio “¿Cómo usan Facebook los mexicanos?”, en 2019, 85.22 por ciento de los entrevistados dijo haber recibido noticias falsas por este medio y 42.36 por ciento reconoció haberla creído.
El motivo por el que la creen es que quienes la comparten son sus compañeros de trabajo o de centros de estudio, familia o amigos. 34.9 por ciento respondió que es debido a los encabezados o títulos y 37.93 por ciento por la presentación de la información.
En tanto, Carolina Pacheco, integrante del Laboratorio Feminista de Derechos Digitales, destaca que es una tecnología de la comunicación que en su momento revolucionó las interconexiones y relaciones humanas y pasó a ser un modelo de negocio que lucra con la privacidad de las personas.
Además tiene un componente de poder, de género, en el cual las mujeres han sido las más agraviadas, pero también han aprendido a buscar estrategias de autocuidado para establecer contrapesos y hacer denuncias como fue el caso del movimiento MeToo, en el que pudieron organizarse mediante la red y exigir sus derechos.
En Facebook tuvo ocho millones de menciones en solo 24 horas: “Hay que tener una visión crítica con respecto a esta red; ya la tenemos aquí y hay que cuidarnos”.
Facebook y sus altibajos
Hace algunos años la revista Time colocó a Mark Zuckerberg, creador de Facebook, como uno de los pilares para el desarrollo tecnológico y la apropiación de la tecnología e internet, al permitir lazos de transparencia y libertad de expresión entre los usuarios y que beneficiaban, en el corto y mediano plazos, procesos de democratización.
El año pasado la publicación invitó a las personas a desconectarse de Facebook, recuerda Hurtado Razo, doctor en Comunicación.
En 2008, prosigue, también jugó un papel importante en la campaña presidencial en la cual fue electo Barak Obama, en EU, así como en los procesos democráticos en el norte de África, conocidos como la primavera árabe; en movimientos de ciberactivismo, como el 15M y de los Indignados en España; además el YoSoy132, en México.
En 2009 el paradigma de esta red sociodigital cambió. En sus orígenes se mencionó que no tendría publicidad, pero con la introducción del algoritmo utilizado por Google que recopila tiempo de navegación, geolocalización, las palabras más utilizadas, las páginas más frecuentadas y las interacciones de los usuarios, se filtró información y los datos personales se volvieron mercancía, incluso se utilizaron con fines políticos.
“El negocio, el oro blanco de nuestra era, son los datos, la minería de datos y las grandes bases de datos y el uso que se hace de ellos”.
La red social vivió el escándalo de Cambridge Analytica, empresa que a partir de información obtenida de perfiles de Facebook creó estrategias y mensajes enfocados a cambiar la percepción de usuarios en las elecciones de 2016, en EU, en el Brexit de Reino Unido y el proceso de pacificación en Colombia.
“Se utilizaron cientos de noticias falsas —fake news— para propagar temores, generar fobias, discursos de odio, discriminación racial e incluso, que incitaban a la violencia.
“Esto derivó en una investigación por parte del Congreso de EU que citó a Zuckerberg a comparecer, y quien dijo que era culpable en la vulneración de los datos, de la privacidad de los usuarios, pero no por lo que la gente publique. Libró el proceso y surgió la narrativa de las fake news y la posverdad de las que todas las redes sociales e internet son responsables”, indica.
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Hay gobiernos que establecieron leyes para limitar y sancionar algunas de sus acciones u omisiones y otros países avanzaron en el impulso de políticas públicas para educar mediáticamente a la población, a fin de que sepa distinguir discursos verdaderos de falsos, no caer en la emotividad de los intolerantes, que inciten a la violencia y cuiden sus datos personales.
Entre ellos están Noruega, Finlandia, Suecia, Japón, Corea del Sur, en los que se imparten materias obligatorias de educación de los medios en los diferentes niveles educativos, no solo los digitales. La educación genera en la sociedad lo que él llama “criterio informativo”, que es establecer una sana distancia frente a todos los medios.
“Son naciones en las que leen más, consumen más televisión y no se quedan con un solo medio. Esto permite que, si ven una fake news en Facebook, lo contrastan con lo que dice la radio, la TV, la prensa, y no se dejen llevar por la inmediatez; una vez que corroboran, ven que es falso y no lo difunden”, agrega.
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— UNAM (@UNAM_MX) February 2, 2022