Sarai Aguilar Noam Chomsky vive, la lucha sigue sigue

Franco Escamilla: ¿humor negro o ‘bullying’?

Este tipo de comedia lo que busca es cuestionar situaciones sensibles o polémicas por medio de la sátira, pero lo confunden con la práctica de humillar impunemente

En México, las mujeres, en especial las feministas, tienen la responsabilidad de todo lo que fallan los hombres, incluso de sus violencias, como se reflejó en la polémica protagonizó el comediante Franco Escamilla.

Esto está plasmado a la perfección por una discusión que ha traspasado las redes y ha llegado a los medios de comunicación, y en su espiral de violencia está arrastrando a una menor de edad. Un debate en el que las redes feministas son las que han terminado señaladas por una mujer que prefiere relevar a un hombre de sus violencias.

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Franco Escamilla y su esposa.

Tal es el caso del acoso cibernético que ha recibido la hija del comediante mexicano Franco Escamilla. El mencionado standupero, quien ha sido frecuentemente cancelado en redes sociales por aquello que él llama “humor negro”, cualquier cosa que eso signifique pero implica licencia para insultar sin supuesta consecuencia, subió videos de la fiesta de XV años de su hija. Nada fuera de lo común, salvo que para algunos la adolescente no cumplía con los cánones de apariencia que se nos han impuesto a las mujeres.

De lo profundo del internet es que comenzaron a salir esos chistes de “humor negro” que cuando afectan a los propios dejan de ser graciosos y que en realidad son excusas para la humillación y discriminación de personas.

Fue algo grotesco la violencia contra la joven. Su padre salió a dar la cara, pero en lugar de hacer solo eso, optó por justificar su supuesto humor. Después la madre de su hija y esposa decidió que su marido no tenía ninguna responsabilidad y optó por acusar a las feministas por el ataque ha sufrido su hija.Franco escamilla feministas humor negro bullying

Será importante aclarar aspectos. Nada justifica violencias. Menos que una adolescente cargue con las violencias de su padre, porque en eso la madre de la menor de edad solo ratifica lo que la sociedad machista hace desde tiempos inmemoriales, aun cuando la mujer sea víctima de hombres, las responsables somos las mujeres.

Algo debe de quedar claro. Si bien son dos eventos distintos, es el momento en que Franco Escamilla y todos aquellos que tras el escudo del humor agreden y vulneran a personas por su cuerpo –o incluso por condiciones de salud mental–, reflexionen sobre los estándares de su profesión.

Sobre todo vale la pena darle su lugar al humor negro, aquel derivado de la tragicomedia, donde el objetivo es propiciar la risa utilizando elementos dramáticos ficticios o reales.

Este tipo de humor, más que burlarse de la forma más cruel posible, como muchos pueden pensar, lo que busca es cuestionar situaciones sensibles, polémicas o de temas tabú por medio de la sátira. Sin embargo, algunos seudocomediantes lo confunden con la práctica de humillar y segregar insensible e impunemente.

No, las feministas no tenemos culpa de la violencia contra una menor de edad, pero el ser sorora, señora, no implica cerrar los ojos ante las violencias de su padre.

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Franco Escamilla durante su show ‘1995’

Notas desde la revolución, segunda parte

 

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