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Mamut bebé permitirá echar un vistazo de decenas de miles de años

Los expertos incluso vislumbran la posibilidad de secuenciar su ADN y conocer qué comían, saber más de su distribución o entender más sobre su evolución

El 21 de junio pasado, mineros que buscaban oro encontraron un mamut bebé lanudo momificado, casi completo, en los campos de Klondike, en Yukón, al noroeste del territorio canadiense; aunque este no es el primer ejemplar completo que rescatan los paleontólogos, ya que en Rusia, en 2007, se encontró otro bien conservado, el de Canadá tiene un estado de preservación mayor.

Por ello, expertos como el investigador del Instituto de Geología de la UNAM, Víctor Adrián Pérez Crespo, consideran que el hallazgo del mamut bebé, a la que llamaron Nun cho ga, permitirá a los científicos tener una “fotografía” de hace miles de años que les ayudará a reconstruir parte de la historia de la vida en la Tierra.

El fósil es, hasta ahora, el más completo hallado en Norteamérica y el mejor preservado, lo que permite, a diferencia de los huesos, hacer inferencias directas, como el tipo de plantas que existieron en la tundra hace 11 mil años.

Mamut bebé
Colección de huesos de mamut de la UNAM

“Los descubrimientos en Canadá, Alaska y el norte de Siberia tienen algo en común: las condiciones donde vivían esos animales –son zonas muy frías– han permitido que su preservación sea muy importante y que podamos encontrar tejido y carne, contrariamente a lo que ocurre en México”, donde regularmente se descubren solo huesos.

Los expertos incluso vislumbran la posibiidad de hacer análisis de tipo molecular, es decir, secuenciar su ADN y conocer qué comían, saber más de su distribución o entender la evolución de los proboscidios, el orden de los mamíferos al cual pertenecen los elefantes.

No obstante, Pérez Crespo reconoce que el ADN es una molécula frágil y lograr “revivir” a la especie sería complicado; además hay que tomar en cuenta el aspecto ético y preguntarse qué tan conveniente será tener un animal en un entorno donde el ambiente es completamente diferente al que existía en el Pleistoceno.

Mamut bebé
El investigador del Instituto de Geología de la UNAM, Víctor Adrián Pérez

Explicó que, a diferencia de lo que comúnmente se cree, el mamut lanudo (Mammuthus primigenius) nunca habitó en México, pues estaba adaptado a vivir en las condiciones frías de la tundra, de ahí su abundante pelo y su gruesa capa de grasa debajo de la piel, semejante a la de los osos polares.

Su distribución “la vamos a encontrar en Europa, en el norte de Asia y Canadá, Alaska y hasta la parte norte de Estados Unidos”, señala el investigador.

El animal medía de 2.5 a 3 metros de altura y era más pequeño que el mamut colombino (Mammuthus columbi), la especie que habitó el territorio mexicano.

Los últimos ejemplares del mamut lanudo desaparecieron hace aproximadamente 5 mil años; los hallazgos, relativamente recientes, datan de seis mil o siete mil años, en algunas islas de Rusia y Alaska, lo que indica que la especia no desapareció al final del Pleistoceno, sino que sobrevivió un tiempo más.

Entre las hipótesis que tratan de explicar su extinción, apuntó el investigador de la UNAM, están la fluctuación de la temperatura; la acción directa del ser humano, pues eran cazados para consumir su carne, utilizar su piel y hacer herramientas con sus huesos; o el impacto de un meteorito hace 11 mil años, sin embargo “no hay certeza de ninguna”, dijo.Mamut bebé

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