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La Huasteca potosina: a cuidar una herencia natural

No queremos más casos como Acapulco, Cancún y el más reciente ejemplo de Tulum, lugares únicos que se han convertido en destinos comunes con problemas de sustentabilidad graves

Hace tiempo decidí que tenía ganas de ir a acampar en México y varias personas me comentaron que la Huasteca potosina sería un lugar ideal. Eso sí, nadie de mis conocidos podía darme detalles, porque ninguno había emprendido el viaje personalmente. Ahora, después de visitar esta zona por nueve días, quisiera compartir mi experiencia y ofrecer una reflexión, no como experta de turismo, sino como mexicana y ciudadana del mundo.

Llegar por vía terrestre a la zona de El Naranjo fue como viajar a un país distinto, no ajeno a la realidad nacional, pero sí apartado del bullicio citadino. Esta área fue mi favorita, porque el turismo de tumultos no ha arruinado aún lo increíble que es poder nadar en aguas cristalinas y gozar el sonido de una cascada en la soledad de tus pensamientos. Al ver las fotos en línea de las Cascadas del Salto, Mecos y Minas Viejas, pensaba que el color del agua era un efecto de “photoshop”, pero no, el agua turquesa con piedras arenosas color vainilla sí existe, sin filtros.

Lamentablemente, vi que algunas zonas ya se han convertido en balnearios con cobro de entrada y servicio de comida. El uso de unicel es lamentablemente común, algo que debería ser inadmisible, pero en especial para el ecoturismo. Lejos de ser un encuentro con la naturaleza, se convierte en una experiencia común de un parque de atracciones, donde la novedad, la naturaleza, sufre daños por el sobreuso humano.

En Xilitla, la alta Huasteca, el jardín surrealista de Edward James ahora está protegido y administrado por una fundación. Nuestro guía nos contó que por muchos años el jardín estuvo abierto al público, pero dentro de poco tiempo las esculturas mostraron un deterioro por las pisadas de los visitantes y el espacio se llenó de pañales y latas de cerveza. Cuidar este lugar, rica fusión de arte y árboles, debería ser una prioridad local y nacional.

huasteca potosina
Jardín Escultórico Edward James, en la Huasteca potosina.

Es difícil no sentir un pavor ecológico respecto al futuro de la Huasteca potosina cuando pensamos en la historia de la demolición de otras áreas naturales en México. No queremos más casos como Acapulco, Cancún y el más reciente ejemplo de Tulum, lugares únicos que se han convertido en destinos comunes con problemas de sustentabilidad graves. Para preservar la riqueza natural se requiere sobre todo de un estado de derecho que establezca reglas de protección implementadas en beneficio del público en general. Con un buen manejo, las áreas naturales protegidas se convierten en bienes públicos para el uso responsable de todos.

A lo mejor la salvación de la Huasteca potosina será su propia lejanía de las hordas de seres humanos; no es fácil llegar y el regreso a Ciudad de México por la Sierra Gorda, en Querétaro, implica más de cuatro horas de carreteras angostas y curvosas.

Pero el turismo no tiene que ser ni debería ser destructivo. El aumento en el interés por el turismo de naturaleza a escala mundial, impulsado también por la pandemia, es algo que puede beneficiar a México y a San Luis Potosí. Por lo mismo, tenemos una oportunidad de hacer las cosas bien.

Todavía hay tiempo para planear y aprovechar esta oportunidad para el desarrollo de un turismo sostenible e inteligente y compartir con el mundo la grandeza de un territorio aún desconocido para muchos. Esto tendría que incluir la asignación de recursos federales y estatales para proteger esta zona y mayor educación ecológica para las comunidades aledañas. Países como Costa Rica han logrado desarrollar un ecoturismo en sintonía con la naturaleza y pueden ofrecer ejemplos importantes a seguir.

Cada día es más notable que el reto principal de la especie humana es aprender a vivir en sintonía con la naturaleza. Mi viaje a la Huasteca potosina fue inolvidable y no porque me quedé en un hotel de lujo, ni porque comí algo memorable. No se requiere construir absolutamente nada para mejorar esta joya, sino establecer las reglas de uso necesarias para la protección de lo que ya existe.

Huasteca potosina
La terraza de las orquídeas en el Jardín Escultórico Edward James. Foto: J. Alejandro González Castillo
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