Con lleno total, aplausos, risas y reflexiones en torno a la violencia machista y la inequidad, inició la temporada de la obra de teatro Entre Pancho Villa y una mujer desnuda, de Sabina Berman, en el Zócalo capitalino.
Pancho Villa, Gina y Adrián, los personajes principales, aparecieron en un foro al aire libre, sin paredes y de entrada libre, enmarcado por la negrura del cielo salpicado por estrellas titilando, reflectores que alumbraban un escenario fundido con la iluminación nocturna del Edificio de Mercaderes, la Catedral y el Palacio del Ayuntamiento como distantes muros y la Luna de Sangre tímida, apenas tiñéndose de rojo, asomada tras Palacio Nacional.
La escenografía es apenas una sala donde se desarrolla la trama, adornada por un sillón rojo y una mesita, un par de marcos a los costados siendo las puertas y detrás, una cortina azul de escenario para un segundo plano.
Suficiente para que la actriz Mariana Gajá personificara a Gina; Moisés Arizmendi tomara el papel de Adrián; Tato Alexander a Andrea; Roberto Cázares interpretando a Pancho Villa; Andrés Delgado a Ismael; y Conchi León a Doña Micaela, para ofrecer al público 90 minutos de grandes actuaciones, risas y sorpresas, alrededor del bolero Desdichadamente de María Luisa Landín y su desgarradora letra.
“¡Todo mundo estaba emocionado, está muy padre! Para mí como norteño fue muy padre porque la obra nunca pierde su ritmo, todo el tiempo estás reflexionando, riéndote y siento que el escenario es muy bueno y la obra tiene momentos padrísimos, fue un gran acierto sacar el arte a las calles”, comentó Humberto Vázquez, oriundo de Saltillo, Coahuila, quien decidió entrar a ver la obra a su paso por la plancha del Zócalo.
Pasadas las 21:40 horas, la penumbra silenciosa del final de la obra se desvaneció fugaz y el escenario nuevamente se encendía para que cada una de las actrices y actores regresaran a recibir el aplauso cálido y prolongado de los espectadores reconociendo su interpretación.
Entre Pancho Villa y una mujer desnuda, primera de 18 funciones
La primera de 18 funciones de entrada libre fue un éxito por la obra en sí misma, las actuaciones, la producción y el logro de acercar los espectáculos a la gente en espacios públicos para garantizar sus derechos culturales.
“Es una apuesta para la cultura que es contundente, utilizar este espacio para el teatro, hacerlo al aire libre. Me recordó a Shakespeare in the Park en Nueva York, pero me alegra que la puesta en escena incluso apostaba a una crítica al gobierno y estos esfuerzos de cultura no deberían perder eso y ser inclusivos. Fue encantadora y la gente se divirtió porque es amigable y ad hoc a estos tiempos, habla del país y las relaciones humanas, esto invita a hacer reflexiones más aventuradas y profundas”, dijo sonriente Cristina Alanís, espectadora.
Público diverso, plural, distinto, todos y todas reunidas alrededor de la obra que fuera estrenada en enero de 1993 en el Teatro Helénico y que, a través de la dramaturgia y dirección de Sabina Berman, ha sido adaptada a las circunstancias modernos, con nuevas líneas y situaciones actuales que mantienen la crítica al machismo de antaño y la invisibilización de los derechos y libertades de las mujeres.
“El teatro nos hace reflexionar muchas cosas y esta obra es un clásico que se ha ido rehaciendo, rearmando y esta nueva versión me parece súper divertida, ellos increíbles, ¡Mariana (Gajá) es una genia! y me encanta que vaya a otras comunidades, que estos espectáculos los pueda ver mucha más gente”, comentó Javier Ramírez, ¡Cha!, músico en diversas bandas de rock.
El Zócalo es el espacio más público del país, donde lo mismo hay mítines y manifestaciones, conciertos masivos, decenas de miles paseantes y turistas, comerciantes, rituales prehispánicos, una bandera monumental flameando y cientos de actividades culturales y artísticas, por lo que nos permite reflexionar acerca de lo que somos, cómo nos comportamos y las acciones violentas que replicamos incluso sin darnos cuenta.
Las funciones continuarán con otros públicos, con otras actrices y actores alternando papeles secundarios, con improvisaciones propias de la situación sin salirse del papel, alistando nuevamente escenografía, utilería, música e iluminación, y con la convicción de llegar a otros rincones fuera de los teatros convencionales para el disfrute de todos.
La plaza pública más importante del país fue tomada por asalto, como un revólver vuelto libro escrito sobre Pancho Villa, aunque sin violencia, sino a carcajadas, con aplausos, con aquello que deja pensando de regreso a casa a quienes sean su público, en el intercambio de comentarios al salir emocionados tras el espectáculo.
El Zócalo será el escenario en el que cualquiera se identificará con alguno de los personajes y podrá observarse a sí mismo a través de las actuaciones de grandes actrices y actores que trastocan nuestra cotidianidad.
Las funciones son de entrada libre y se llevan a cabo hasta el 6 de abril, jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 18 y 20 horas, y domingos a las 18 horas, con cupo para 600 personas.
🎭 ¡La #CapitalDeLaTransformación también es cultura!
✨🎨 En el marco de #TiempoDeMujeres, Festival por la Igualdad 2025, iniciamos con las funciones de la obra de teatro «Entre Pancho Villa y una mujer desnuda», una puesta en escena que invita a reflexionar sobre la violencia… pic.twitter.com/ItfuaW8khy
— Gobierno de la Ciudad de México (@GobCDMX) March 14, 2025