Habrá que aventurar, ya que de creadores de ficción hablamos, que el poeta rumano Mircea Cărtărescu jamás imaginó que su nombre iba a figurar en el tope de un tablero electrónico de mercados como si del valor del dólar o del índice Nikkei se tratara. Pero así es. Hoy, la víspera de la concesión del Premio Nobel de Literatura 2021, se encuentra en la cima seguido por el eterno clasificado, el japonés Haruki Murakami, y la escritora rusa Liudmila Ulítskaya.
El japonés no es, por supuesto, el único habitual en esta convocatoria anual rumbo a la decisión de la Academia Sueca, que parece haberse sacudido ya de los escándalos en cuanto a acoso sexual (se suspendió la entrega en 2018), no así de la polémica en sus designaciones, pues basta recordar que ya premió a una periodista, Svetlana Aleksiévich, y a un cantante de rock, Bob Dylan, así como a un novelista señalado por congeniar con el genocida serbio Slobodan Milošević, Peter Handke.
Dejando a un lado las apuestas y privilegiando solo el orden de aparición, decíamos que hay viejos conocidos en la famosa lista, como la francesa Annie Ernaux en el sexto lugar (favorita de Alessandro Baricco, por cierto), la canadiense Anne Carson en el séptimo y su paisana Margaret Atwood en el octavo, con los estadunidenses Don DeLillo en el decimosegundo, Joyce Carol Oates en el decimocuarto y Thomas Pynchon en el decimoquinto.
La plataforma Smarkets, sin embargo, ha colado a un jugador singular en el decimosexto cajón, el israelí Amos Oz, ya fallecido y que, por tanto, no puede figurar en los ganadores al no existir premios póstumos, además de que metió ya encarrerada con el caso Dylan a las cantantes Patti Smith y Joni Mitchell aun arriba de auténticos monstruos de las letras como el checo Milan Kundera, los británicos Salman Rushdie y Martin Amis, así como el gringo amo del terror, Stephen King.
Hay quienes otorgan probabilidades al español Javier Marías, al albanés Ismaíl Kadaré, al noruego Karl Ove Knausgård, al estadunidense Corman McCarthy, a la británica J. K. Rowling (la señora Harry Potter) y al francés Michel Houellebecq, aunque debe recordarse que las figuras con mayor éxito comercial suelen estar fuera de los finalistas, por lo que todo apunta a que los best sellers acaso serán “animadores”.
Pese a que el español está entre las tres lenguas más habladas del mundo, debieron pasar veinte años entre el Nobel al mexicano Octavio Paz, en 1990, y el concedido a Mario Vargas Llosa en 2010, si bien apenas en 1989 lo habían otorgado al español Camilo José Cela. Cuando murió el único miembro de la Academia Sueca que leía directo en castellano, las esperanzas se esfumaron, entre otros, para Carlos Fuentes. Otros ganadores latinoamericanos son la chilena Gabriela Mistral (1945), el guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1967), el chileno Pablo Neruda (1971) y el colombiano Gabriel García Márquez (1982).
Los franceses siempre están a la caza y si bien Houellebecq es un gran escritor, también es un personaje mediático y polémico que choca con las decisiones recientes de la Academia. Sus paisanos que han ganado la distinción recientemente son Patrick Modiano en 2014 y Jean Marie Gustave Le Clézio en 2008, aunque sus grandes protagonistas fueron François Mauriac (1952), Albert Camus, premiado en 1957 y muerto pocos años después, y Jean-Paul Sartre, que lo rechazó en 1964. Nadie se acuerda ya de Claude Simon (1985) ni de Saint-John Perse (1960). Por país son el número uno con 15 distinguidos.
Hay que recordar que a diferencia del Premio Nobel de la Paz, el de Literatura tiene como base nominaciones de miembros de la Academia Sueca, profesores universitarios y autores galardonados con anterioridad, y los nombres de los propuestos no se conocen sino hasta cincuenta años después. El premio se entrega en la Sala de Conciertos de Estocolmo en noviembre.
Anne Carson, a quien se concede oportunidad este año, ya tiene en sus vitrinas el Premio Literario Lannan, Guggenheim, Becas MacArthur y Premio Princesa de Asturias, y desafortunadamente la pandemia impidió su presencia en la Feria Internacional del Libro de Coahuila, de la que era invitada especial en el fatídico 2020, y ya fue imposible reagendarla para el encuentro literario que tuvo lugar a finales de septiembre pasado.
En unas horas se acabará el misterio.
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— The Nobel Prize (@NobelPrize) October 3, 2021