Con poesía evocan a Ramón López Velarde en su centenario luctuoso

Poetas e investigadores, de distintas generaciones, recordaron al autor de ‘Suave patria’
Ramón López Velarde,

“La mejor manera de celebrar a López Velarde es leyendo poesía”. Esa certeza del escritor Vicente Quirarte guió la última mesa del ciclo Ramón López Velarde en su centenario (1921-2021), coordinado por el integrante de El Colegio Nacional, que se realizó el 11 de junio a través de las plataformas digitales de la institución.

Con el título “Poetas del país de sombra y fuego”, se reunieron diversos poetas e investigadores, de distintas generaciones, para conmemorar el centenario luctuoso del poeta jerezano, que se cumple el próximo 19 de junio.ramón López velarde

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“En el centenario de su entrada en la inmortalidad, nos pareció que la mejor manera de despedirnos de él era con poesía leída por sus herederos, jóvenes poetas mexicanos que van a ofrecernos su testimonio y su propia idea de la patria. Cuando digo eso por el libro que da título a la mesa, una antología preparada por Jorge Esquinca, que contiene poemas de varios de los participantes, por eso la idea de la lectura: coincidimos que la mejor manera de celebrar a Ramón López Velarde era leyendo poesía”, destacó el colegiado, antes de leer el poema ‘Alta Traición’, de José Emilio Pacheco, publicado dentro de País de sombra y fuego.

Ramón López VelardeLa idea y la compilación de volumen estuvo a cargo de Jorge Esquinca, quien antes de comenzar la lectura de los 14 poetas que participaron, recordó el surgimiento del libro, a partir de una conversación con algunos buenos amigos, en 2010: Augusto Chacón, en aquel momento director de la Fundación Selva negra, y Ulises Calleros, surgió la pregunta sobre la vigencia de “La suave patria” ante la numerosa cantidad de actividades que se preparaban para festejar los aniversarios de la independencia y de la revolución.

“Estuvimos platicando al respecto, conocían al poema, pero sólo conocían de Ramón López Velarde ‘La suave patria’. Coincidimos en que seguía siendo un poema muy hermoso, pero nos preguntábamos qué pensaban los poetas mexicanos en activo sobre su concepto de patria y su visión del país, en ese año de 2010”.

De esa forma invitaron a 33 poetas, el número es significativo, porque se refiere “a los años terrestres de Ramón López Velarde”, provenientes de los cuatro puntos cardinales de México y “le pedimos a José Emilio Pacheco reproducir ‘Alta traición’ y que redactara el prólogo del libro”.

El título quedó como País de sombra y de fuego, ante el cual la poesía quiso alzar la voz y decir que “la palabra poética, la que nos hace seres humanos, la que nos representa ante el mundo y ante nuestros semejantes, está viva. Esas fueron las razones que nos llevaron a publicar el libro en 2010”, reconoció Jorge Esquinca.

Luego de esa breve introducción vino la poesía: escritores de diversas generaciones, de distintos orígenes, de diferentes rincones de México, presentes para recordar a Ramón López Velarde, con versos en los que está recogida su influencia, no siempre notoria, si bien en la patria, la sombra y la muerte se aparecieron en distintos momentos.

La lectura se dio en voz alta: el primer turno correspondió a María Baranda, quien leyó un poema inédito en la sesión, para después hacer un recorrido en orden alfabético, con versos ya publicados, pero siempre con la intención de evocar al poeta del que son herederos y a la patria en la que habitan.

Mariana Bernárdez, Hernán Bravo Varela, Martha Canfield, Kenia Cano, Silvia Eugenia Castillero, Dolores Dorantes, Josu Landa, Francisco Magaña, Araceli Mancilla, Myriam Moscona, Alejandro Tarrab y José Javier Villarreal, moderados por Jorge Esquinca, siendo el último en tomar la palabra Francisco Hernández, como una manera de rendir homenaje a quien Esquinca definió como el hermano mayor en la poesía mexicana.

El llamado fue a leer un solo poema, o varios, pero que no excediera el tiempo establecido; ya el tema era completamente libre para los poetas invitados a lo que fue la última mesa del ciclo de homenaje en el centenario luctuoso de Ramón López Velarde.

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