Sergio Arau y los clásicos en modo estandopero

El ex Botellita de Jerez lanza su álbum “Tocada y fuga” con la participación de colegas de generación y una visión teatral
El pasado 11 de mayo Sergio Arau lanzó el álbum Tocada y fuga, en el que además de inventarse el personaje de Laslo de la Vega Morris Balam Claus Viteli y Pavón, nacido en 1678, invitó a varios colegas para darle vida a temas de música clásica
Sergio Arau lanzó el disco en el que inventar al personaje de Laslo de la Vega Morris Balam Claus Viteli y Pavón, nacido en 1678, e invita a varios colegas para darle vida a temas de música clásica.

Sergio Arau es de los músicos, pintores, caricaturistas, cineastas y más que no les gusta repetir y por eso siempre está en busca de nuevas cosas que no sólo le permitan continuar en el rock, sino que también lo hagan sobresalir en las artes.

El pasado 11 de mayo salió en las distintas plataformas el álbum Tocada y fuga, en el que además de inventarse el personaje de Laslo de la Vega Morris Balam Claus Viteli y Pavón, nacido en 1678, invitó a varios colegas para darle vida a temas de música clásica.

«El 30 de junio voy a tener una bohemia en el Auditorio Roberto Cantoral de la Sociedad de Autores y Compositores de México, en Coyoacán, con Kenny y Los Eléctricos y con Piro, de Ritmo Peligroso, se va a poner bueno»

Así están “Tocata y fuga en re menor”, de Johann Sebastian Bach, que se transformó en “Tocada y fuga” con Andrea Echeverri (Aterciopelados); “O sole mío”, de Giovanni Capurro y Eduardo di Capua, en “Pozole Mío” con Piro (de Ritmo Peligroso); La marcha del “Toreador” de la ópera Carmen, de George Bizet, la convirtió en “Carmen de Cañón”, con Yareli Arizmendi; la ópera Guillermo Tell de Gioachino Rossini ahora se llama “Apertura del Guille Motel”, con Camilo Lara; El lago de los cisnes de Tchaikovsky es “La Hago de los Bisnes”, con José Fors (de La Cuca); “Para Elisa”, de Beethoven, es “¡Paraliza!” con Rubén Albarrán (de Café Tacvba); “El Danubio azul”, de Johann Strauss, es “Danubio Blues” con Javier Gurruchaga (La Orquesta Mondragón); “La Cuarentona de Mozart”, con Cecilia Noel y Lino Nava, así como “Mi prima Vera y el vivales”, con Carina Ricco.

La mayoría de los instrumentos clásicos que se escuchan fue añadida de manera digital, a excepción de la flauta de Horacio Franco.

Pero dejemos que sea el propio Arau quien platique del álbum y de otras cositas.

—¿Cómo te sientes con este material?

—Este disco me encanta, siento como que llegué al punto que no había llegado y me gusta, es algo muy diferente aunque en esencia viene a ser un poquito como “Guacarrock” en el sentido de que es una mezcla que no te esperas… es una sorpresa. De hecho, cuando platico que hice una cosa de música clásica, la mayoría se imagina como si fuera un sinfónico. Creo que me califican como degenerado, porque mezcle los géneros e incluso algunas letras.

“No sólo fue de agarrar temas clásicos, también había que ver a quién se le ajustaba más la interpretación. Cuando estaba aterrizando a quién, con Javier Burruchaga ya he tocado y somos muy cuates, tiene una voz de blusero negro impresionante, y le pedí que cantara ‘Danubio blues’ conmigo. A José Fors, con el vocerrón y lo dark que es, pues la de Tchaikovsky, y ‘Para Elisa’, con Rubén Albarrán, nos quedó perfecta, porque es así como un duende, acelerado, con una voz que la reconoces inmediatamente.”

Toca “Pozole Mío” con Piro, “Carmen de Cañón” con Yareli Arizmendi y “¡Paraliza!” con Rubén Albarrán.
Toca “Pozole Mío” con Piro, “Carmen de Cañón” con Yareli Arizmendi y “¡Paraliza!” con Rubén Albarrán.

—Pero además te clavaste en vestuario y todo el show para que el disco fuera más allá, un concepto…

—No es fácil hacerlo, pasa que con Botellita de Jerez la gente se acostumbró, pero la verdad es que desde el principio, desde el primer disco, hay un diseño, todo una visión teatral. Por ejemplo, por ahí hay unas fotos de los instrumentos de Botellita del principio que nos tomó Lourdes Roberts, la batería con peluche, stickers y con el zapatito de la hija del Mastuerzo colgado del platillo y la cabeza de muñecas, como la cultura popular, como los altares de camiones foráneos de antes.

“Y sigo en ello porque la cuestión visual me parece muy importante, y en este caso, para el disco es una cosa y creo que es bastante aceptable, pero en vivo además es mucho más teatral, están los videos, son como escenografía, y como cotorreo de los que estamos diciendo, a veces hasta ponemos las letras de las canciones para que la gente las cante, total, las melodías se las saben y es como karaoke, y por otro lado las historias que contamos, mi esposa y cómplice, Yareli Arizmendi, así que son muchos puntos. De hecho, al principio decía que estábamos haciendo una ópera rock, pero no, más bien estamos como estandoperos, improvisando, y es algo que traigo de familia.”

—Ahora que lo mencionas, ¿qué hay del Sergio de los Botellos al actual?

—En esencia soy el mismo, con ganas de experimentar, de inventar y de hablar de lo que no se habla a veces, y por eso un buen rato me dediqué a la caricatura política y a hacer rolas así como con Botellita, pero no soy panfletario como para ir a una marcha; sí tocamos puntos de cosas que nos atañen y que nos importan, como el malinchismo, la colonización, la violencia, la diferencia económica, las clases sociales y las razas. “Jorge y el dragón” es una rola de los tragafuegos de la esquina que piden lana porque no tienen otra forma de sobrevivir, y tenemos el humor como en el Mundial de México 86, que hicimos “Pique” y esa nos la censuraron bastante, es bien blusera, pero claro, hay doble sentido con la mascota del Mundial, un chile.

El disco Tocada y Fuga fue presentado el 11 de mayo en distintas plataformas.
El disco Tocada y Fuga fue presentado el 11 de mayo en distintas plataformas.

—¿Cuál es la diferencia entre el rock con humos al rock mediocre, como en la actuación del pastelazo?

—Vengo de familia teatrera, carpera: mi mamá (Magdalena Corona), mi papá. Mi tío es Sergio Corona y mi papá Alfonso Arau, eran “Corona y Arau”, y la verdad es que me sé muchísimos de sus sketchs y muchas cosas que hacían los comediantes en el teatro y como (Jesús Martínez) Palillo, que es así como el maestro, pero creo que de lo que se trata es de que durante años, aun en una canción de amor, siempre hay ángulos que no se han tocado, hay unas maravillosas que te plantean las cosas al revés, pero siempre hay forma de hablar de las cosas que todo mundo entiende, siempre hay la posibilidad de hacerlo de forma diferente, la bronca es que para eso debes arriesgarte, buscar en el arte y hasta en las oficinas de gobierno.

—¿Qué piensas de las bandas que se separaron y se volvieron a reagrupar sólo para tocar lo mismo?

—Cuando estás empezando la tendencia normal es oírte, verte o crear lo mismo que ya conoces, o sea, quisieras que una de tus pinturas se parezca a una de alguien que admiras, y si estás cantando quieres que la voz sea como la de José José. Lo primero que haces es tratar de imitar y eso es algo natural, pero si ya que te entrenaste, ¡güey, ya hay que buscar algo que no está hecho! La verdad es algo que no se inculca mucho. Yo estoy en contra de las escuelas de arte, porque usualmente los alumnos acaban siendo una copia de los que hace el maestro y en mi caso, como yo no estudié, me fue más fácil no engañarme.

—Pero tú vas en busca de lo nuevo, no esperas a que te llegue…

—Si tienes chance de aprender lo que necesitas aprender, es decir, si eres músico, aprender a tocar un instrumento, y si eres pintor saber manejar qué pinturas necesitas, pero más allá de eso, yo tengo varias canciones que son de amor y hay que escuchar las letras. Una se llama “La invasión”, que me gusta muchísimo, “Son del corazón” es otra de ellas, tengo una que grabé en el disco anterior que se llama “Primer día después de ti”, y lo que describen no es tanto cómo se siente uno después de que te abandonan, sino lo que pasa alrededor, es ver el mundo, pero en lugar de verlo al revés, de estar triste, siempre hay formas y visiones diferentes.

“Hay grandes autores, (Joan Manuel) Serrat o Jorge Dextler, que tienen canciones que sí te voltean, de eso se trata, de estar buscando. Como artista siento que el arte se trata de hacer visible lo invisible y es como cuando lo hacen los atletas, cuando corres muy rápido los 100 metros en 12 segundos, quizás al rato rompes tus propios récords, y como artista ves las cosas y haces lo primero que se te aparece, pero al rato aprendes a ver más profundo y puedes hablar más profundo también y puedes construir y crear más profundo.”

—¿Tienes ídolos en el rock de México?

—Sí, muchísimos: Jaime López, Gerardo Enciso, José Cruz de Real de Catorce, y hay gente como Ricardo Ochoa, que como productor me impresiona mucho. (Alejandro) Lora en sus primeras épocas, soy fan y lo respeto muchísimo, pero realmente en sus primeras épocas me emocionó mucho. De hecho, mi esposa se hizo el examen del ADN y me convenció, me hice el examen, y resulta que no tengo ADN, que soy tan naco que tengo ADO.

—¿Dónde podemos buscar tu álbum?

Tocada y fuga está en todas las plataformas. Me encantaría que lo oyeran y que me escriban en mis redes su opinión, que será muy bienvenida. Ya mandamos a hacer el LP, pero tardan un chorro, como en dos o tres meses más.

—¿Tienes presentaciones pendientes?

—A mediados de julio vamos a empezar con algunas con el disco, la idea es tocar en Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Aguascalientes y Zacatecas, en vivo es una experiencia muy diferente a lo que se pueden imaginar. Pero el 30 de junio voy a tener una bohemia en el Auditorio Roberto Cantoral de la Sociedad de Autores y Compositores de México, en Coyoacán, con Kenny y Los Eléctricos y con Piro, de Ritmo Peligroso, se va a poner bueno.

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