Esta vez les platicaré de dos almas invisibles, las cochinillas y la araña Dysdera, que viven en nuestros jardines y si buscamos bien podemos admirarlos en su hábitat, sin dañarlas y sin peligro.
La primera se trata de los Oniscidea (¿los qué?, así también reaccioné al conocer su nombre) y no es más que las cochinillas de la humedad o también conocidas como los bichos de bola. Si, exactamente amigo lector, se trata de aquellos crustáceos isópodos que aparecen debajo de las piedras o maderas húmedas.
En mi niñez recuerdo haber visto una gran colonia de cochinillas en la jardinera de una iglesia. Lo recuerdo muy bien ese momento porque prefería observarlas, agarrarlas y jugar con ellas que escuchar la misa que solo me generaba un bostezo enorme. Ojalá y esta parte no lea mi santa madre.
Y sí, admito con pena que las agarraba de canicas o simplemente las asustaba para verlas convertirse en bolitas, para luego dejarlas ir. Este comportamiento de enrollarse lo hacen cuando se sienten amenazadas o si su espacio es muy pequeño, pero de las 3 mil especies descritas, no todas lo hacen.
Por la facilidad de su encuentro es como pude lograr mi primer apilado de fotografías a su rostro tan diminuto, ya que encontré una cochinilla de la humedad sin vida. Terminando el apilado fue muy maravilloso ver sus diminutos ojos compuestos en los extremos y su increíble caparazón que pareciera ser invencible. Solo eso, pareciera, más adelante les cuento porqué.
Ya alguna vez me había enterado que son importantes para el medio ambiente, y en este momento que escribo me lo confirman, ya que dicen que “son la única solución segura de hacer desaparecer los metales pesados del suelo, su presencia es esencial a la hora de limpiar zonas contaminadas con cadmio, arsénico y plomo, por lo que las convierte en una herramienta para nuestro planeta muy importante”.
De haber sabido su importancia, no les hubiera faltado al respeto jugando rayuela con ellas, sino que desde entonces las consideraría como verdaderos héroes.
Los que no solo le faltan el respeto, sino también terminan con su vida, se encuentra la araña Dysdera o araña cochinilla (Dysdera crocata).
Es fácil darse cuenta el porqué es uno de los depredadores letales de las cochinillas de humedad, con solo ver sus enormes quelíceros (comúnmente «mandíbulas», pueden tener forma de colmillos articulados o de pinzas) con los cuales atraviesa la defensas de la cochinilla e inyecta su veneno.
Estas hermosas arañas de color rojo se encuentran ampliamente distribuidas en el mundo, pero son originarias de Europa. Por lo cual ahora entiendo el porqué es muy posible encontrarlas cerca de las colonias de cochinillas y me ha tocado constatar.
Debo admitir —con toda sinceridad— que es de las arañas que más me han dado miedo, por su aspecto; por sus enormes y afilados colmillos y por su color rojo parduzco que en la naturaleza se utiliza como advertencia y peligro. Ojo, soy fotógrafo aficionado, más no un tonto.
La Dysdera tiene el grupo ocular compacto de seis ojos y la longitud de sus patas es similar a la de su cuerpo lo que le permite un movimiento rápido y ordenado. Su cuerpo mide cerca de 2 centímetros sin considerar las patas.
Ahora, conociendo estos pequeños datos nos damos cuenta quién es la víctima y quién el victimario, ya que aunque no haya peritaje de por medio, es obvio quién tiene la mejor arma a pesar de la buena defensa.
¿No le parece estimado lector? Hasta la próxima entrega y muchas gracias por leernos.
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Que no te engañen esos lindos ojos
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— Mexjesus (@JesusPenaJ) November 12, 2022