La obra de Gustavo Aceves (Ciudad de México, 1957) llegó a la galería Core de San Miguel de Allende con la exposición Fra-Mmen-Ti, integrada por una serie de esculturas con las que se busca crear un impacto sublime en el espectador. Una de sus piezas que se puede apreciar es un caballo monumental de bronce instalado al aire libre en un primer piso que tiene como escenario la parroquia icónica de ese municipio.
Aceves es uno de los artistas mexicanos contemporáneos más destacados en el campo de la pintura y la escultura. Sus obras se han expuesto frente al Coliseo Romano, la Bienal de Venecia y en la Puerta de Brandeburgo para conmemorar el 70 aniversario del armisticio de la Segunda Guerra Mundial.
Desde hace varios años este mexicano, destacado por trabajos inspirados en la tradición pictórica clásica, radica en Pietrasanta, Italia, cuna de escultores de todo el mundo.
El artista asistió a la ceremonia conmemorativa del sexagésimo aniversario del sacerdocio del papa Benedicto XVI en el Vaticano, en compañía de Santiago Calatrava, Peter Greenaway, Zaha Hadid, Arvo Pärt y Bob Wilson con su pieza escultórica Resurrección, que se incorporó a la colección permanente de los Museos Vaticanos.
Aprovechando la visita de Aceves y una muestra de su producción artística a San Miguel de Allende, uno de los resorts más relevantes de este destino turístico, el Live Aqua operado por el Grupo Posadas, montó parte de su catálogo en diversos espacios abiertos para la contemplación de sus huéspedes nacionales y extranjeros.
Aceves, con casi 30 años fuera de su país, gusta mucho de las áreas de exposición en zonas con una historia relevante como el estado de Guanajuato. Él intenta lograr un diálogo en cada lugar donde expone, tratando de elegir las piezas con nuevas aportaciones. Cree que sería bueno que el arte contribuyera a mejorar la vida de un país. De hecho, próximamente en Grecia realizará una presentación de su trabajo que girará en torno a asuntos como la trata, la explotación sexual y la desaparición de las mujeres, “un problema más grande que el propio crimen”.
Desde su punto de vista, en los últimos años la cultura ha sido cómplice de las tragedias sociales al poner los ojos en otro lado. “Actualmente existe una conciencia social, pero ésta se ha diluido en comparación con otras épocas, ejemplo los años sesenta”.
Vivir fuera del país no excluye a Aceves de los problemas de México. La actual política cultural le parece inexistente, porque “no se hace nada”. Indigna que en los últimos años le hayan quitado apoyos a la ciencia y la cultura, dice. “Una nación no puede empobrecerse para hacer iguales a todos. Se supone que el ascenso social debe ser a través de la educación”, dice, y se pregunta: ¿qué está pasando?
Se ha atacado la cultura en México, plantea, porque se no se dan los medios para su desarrollo, luego entonces “esa es la forma de censura más sutil que conozco”. Por eso, propone que parte de la formación de los artistas emergentes tiene que ser protestar y exigir, no aceptar que su proyecto de vida se cancele porque no tuvo los medios para cumplirlo: “La rebeldía de los artistas no tiene que dormirse ni aletargarse”.
Admirador de Francisco Toledo, Gilberto Aceves Navarro y José Luis Cuevas, el pintor señala que le interesa exponer en Teotihuacán, destino atractivo por su riqueza arqueológica, y también por ser una opción para montar pinturas y esculturas de gran volumen y tamaño como sus propuestas.
