Dicen que la pandemia todo lo cambió. Todo mundo habla de las muertes, pero pocos de un nuevo nacimiento. Hoy nos encontramos con Carlos Diezh, quien nació en Ciudad de México, es diseñador arquitectónico, profesión a la que se ha dedicado 30 años y actualmente radica en Vancouver, Canadá.
En la pandemia de covid-19 decidió ser actor y Cónclave es su debut cinematográfico, al lado de figuras consagradas a escala global como Ralph Fiennes, John Lithgow, Stanley Tucci e Isabella Rosellini.
La película, que fue ganadora del Globo de Oro como Mejor Guion, es la adaptación cinematográfica de la novela del británico Robert Harris, una ficción sobre lo que ocurre en los entretelones de la elección papal y en la que Diezh interpreta al cardenal mexicano Vincent Benítez, de quien señala “Ésta es la persona que me hubiera gustado ser” (Proceso).
Más allá de las coincidencias con su personaje, donde interpreta a un sacerdote de nacionalidad mexicana, quien es tímido –así como lo es el propio Carlos Diezh, pues en la vida real parece de síndrome de atención–, lo que debe asombrar es su actuación, que fue resultado de los –despreciados por muchos– cursos de pandemia que correspondían a clases en línea.
Y esto último es lo que nos llama a reflexionar que al final del día el arte no se remite a ser solo algo meramente de procedimiento ni la técnica como oficio, que se aleja del tekné que hablaban los griegos.
Que Diezh lo vivió como algo que lo liberó de los demonios internos en la pandemia, como si Ortega y Gasset se viese replicado en su propia vida cuando se menciona que el arte era una actividad de liberación, y se preguntaba: ¿de qué nos libera? La respuesta era irrefutable: de la vulgaridad, de ese cúmulo de hechos insignificantes, y alguno significativo “(…) que son urdimbre de nuestras vidas, y que sueltos, desperdigados, sin más enlace que el de la sucesión, no tienen sentido”.
Y sí, puesto que muchas veces se quiere todo validar a través de la parte académica y de técnica, nos olvidamos de la genialidad que diferencia a un artesano del artista. A veces se entiende por arte la técnica; sin embargo, como enunció Da Vinci, “mientras que a la técnica se llega por medio de la constancia y por acto de voluntad, al Arte se llega por el acercamiento a la perfección interna; esa perfección del alma que no tiene metros para medirse, ni métodos racionales para explicarla, porque está más allá de la materia y de la razón”.
A algunos les asombra que Carlos Diezh no se ve asimismo como un actor de carrera, sino como un arquitecto, quien no dejará de actuar. Simple: no lo ve como profesión, sino como acto liberador.
#Conclave star Carlos Diehz says he was a little overwhelmed shooting with stars such as Ralph Fiennes, John Lithgow and Stanley Tucci: «I just let myself be led by them.» https://t.co/AfdY6h3100 pic.twitter.com/0d6ne40qcx
— Variety (@Variety) January 4, 2025
