Extrañas es la gran nueva novela de Guillermo Arriaga bajo el sello de Alfaguara.
Situada en la Inglaterra de 1781, William es el primogénito de la familia Burton. En el proceso de formación para continuar el legado de su padre es llevado a conocer los rincones de la inmensa propiedad familiar. Recorriendo los establos descubre seres “diferentes”, desvalidos y sin capacidad de comunicación, excluidos y casi abandonados. El descubrimiento genera en William una necesidad profunda de salvarlos y encuentra su vocación en la medicina. Estará dispuesto a sacrificarlo todo por sanar a quienes lo necesitan.
En el corazón de Extrañas habita una reflexión profunda acerca de la insondable condición humana: en las personas “raras”, ¿quiénes son los extraños, ellos que sufren por lo que les aqueja, o nosotros que no logramos entender a nuestros semejantes? ¿En qué nos convertimos al mirar lo peculiar? Extrañas es también una novela del exilio, de la muerte en vida y de la pérdida, de las tradiciones y de los arraigos, de la amistad y del amor. No puedo dejar de espejearla con mi propio exilio y pérdidas a los once años (terruño, casa, amigos, juegos, familia, olores). Y ahí, al igual que William, se acabó una Ligia y empezó otra. Escribir mi propia novela es el momento en el que William es sustituido por el “otro William” (escribo esto y lloro, me conmuevo en el reflejo).
La temática de Extrañas resulta atractiva —todos tenemos el morbo de ver y entender lo diferente—, es amorosa, empática y llena de aventuras. Hay bondad en los personajes principales, se convierten en héroes y persiguen causas justas y nobles a pesar de tener mucho en su contra, como las costumbres, la familia y la sociedad.
Los personajes son entrañables y se quedan impresos en la memoria y en el corazón; en la literatura de Arriaga permean mujeres que sorprenden y arrebatan, y Extrañas no es la excepción: Beth, Nelleke y Ailis nos habitan por su autenticidad y pasión, entregan dosis generosas de amor (el espejo, de nuevo).
La novela es una apuesta valiente. Arriaga rompe su molde y sella un compromiso aún mayor con la literatura, escribe desde múltiples lugares saliendo de su zona de confort y arriesga. Con un conocimiento profundo del lenguaje utiliza el estilo literario del siglo XVIII y se da a la tremenda tarea de no emplear palabras como “que”, “porque”, “por qué”, “aunque”. Tampoco utiliza el adverbio “mente” y nos regala capítulos largos, con muy pocos puntos llevando el ritmo a través de la coma. Si lo anterior les parece una tremenda osadía, en Extrañas sólo encontrarán palabras anteriores a 1793, un reto extraordinario.
Los que escribimos a veces perdemos la capacidad de abstraernos en la lectura, buscamos estructuras, predecimos derroteros. Al leer Extrañas perdí la noción del tiempo y del espacio, caí en el vértigo profundo de la lectura insomne. De ahí que la novela debería tener una aclaración importante, un disclaimer: léase con cuidado, riesgo de taquicardia, presión alta, mareos, sudoración y confusión de la historia con la realidad.
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Asómense al mundo de lo diferente y anómalo con los personajes entrañables de Guillermo Arriaga (@G_Arriaga) en EXTRAÑAS. En su nueva novela encontrarán un profunda reflexión sobre la condición humana.
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— Alfaguara Editorial (@AlfaguaraMex) February 20, 2023
