Salí de gane, le quedé a deber a la vida: Jorge Berry

El periodista, que falleció ayer, fue roquero, Raider y único cronista mexicano con anillo de Supertazón; dio la noticia de la muerte de Lennon y narró en vivo el 11-S
Único cronista mexicano con anillo de Supertazón. Foto: Especial.
Único cronista mexicano con anillo de Supertazón. Foto: Especial.

En enero de 2015 tuve la oportunidad de platicar con Jorge Berry en un café de Polanco. Ahí, solos, platicó de una parte de su vida en el rock, el deporte, la narración, sus amigos y dos momentos que lo marcaron: dar la nota de la muerte de John Lennon en vivo y recibir el anillo de Supertazón con los Raiders, entonces de Los Ángeles, que lo convirtió en el único mexicano en tener esa codiciada joya, la cual me permitió usar por cinco minutos.

Aquí la charla completa:

En los 95 años de existencia de la liga de futbol americano profesional en Estados Unidos (1920), y que desde 1922 conocemos como NFL (National Football League), 15 mexicanos han logrado ser parte de algún equipo, pero sólo dos han logrado ganar el Supertazón, creado en 1967, y únicamente uno tiene entre sus galardones un anillo de oro blanco, diamantes y grabado con el nombre del conjunto vencedor. Sin lanzar un ovoide, Jorge Berry está, empero, en una de las posiciones más difíciles: desde un micrófono.

Nació en Ciudad de México “hace muchos años”. Por su padre que era estadunidense y estudiar en el Colegio Americano la cultura gringa “se le metió más rápido”. En los sesenta fundó junto con sus cuates de la Del Valle la banda de pop Music Team y fue en 1973 cuando cambió la música por el periodismo, oficio del que sólo la muerte, decía, lo podría retirar.

Super Bowl XVIII (22 de enero de 1984, Tampa Stadium). “Barry Manilow canta el Himno Nacional. El árbitro central es Gene Barth. Asistencia: 72 mil 920 aficionados. Costo por anuncio de 30 segundos: 368 mil dólares.

 

—¿Alguna vez jugó el deporte de las tacleadas?

—Un poco en el colegio, pero en ese tiempo no había ligas y aunque me gustaba mucho, lo dejé por el beisbol y ahí me quedé un buen rato. Sin embargo, por mi padre seguía el americano desde chiquito, y para cuando llegué a Televisa, como ese deporte no estaba tan popularizado, yo ya traía bastante información y eso me sirvió para entrar.

 

—¿Cómo llega a la televisora?

—Le pedí trabajo a don Eduardo Orvañanos, el tío de Raúl, que en ese entonces narraba beis en el programa 8 en el 8; eran ocho horas de deportes los sábados, cuando ya estaba hecha la fusión entre Telesistema Mexicano y el Canal Independiente 8.

Primer cuarto

“Raiders toman ventaja sobre los Washington Redskins después de que Dan Jensen bloquea un despeje de Jeff Hayes, recupera y lleva el ovoide hasta la zona de anotación…”

—¿Qué le dijo para que lo contratara?

—Más bien él me preguntó qué sabía y le comenté: “de lo que me aviente”. Le hacía falta gente que hablara de americano, nadie lo manejaba, ¡y el primer día me aventó al aire! Sacaron un resumen de la temporada anterior, más o menos supe lo que estaba viendo, y lo narré al lado de Jaime Almeida, que también es como yo, le ha hecho a todo.

—Tuvo mucha suerte…

—Sí, el chance de narrar de inmediato me hizo ir creciendo, fui haciendo callo de volada. Pero esto ocurrió porque no había muchos, ahora la competencia es más seria y para llegar a narrar, entiendo que es un proceso más largo y de mucho trabajo. En ese entonces, te hablo de 1973, no era tan especializado el asunto; ahora si a uno de futbol soccer le preguntas algo de americano, es como insultarlo y tampoco es física nuclear, digo, no te azotes, no es imposible saberle a los deportes en general, ¡por Dios!

—¿Cómo le fue en su primera temporada como narrador oficial?

—Hice una sola temporada con los viejos, como Sergio Lara Mejía y Salvador El Sapo Mendiola. Para la segunda temporada llegaron a Televisa Fernando von Rossum y Víctor Serratos y me seguí con ellos. Pero también narré beis, empecé con Jorge Sonny Alarcón y Eduardo Orvañanos; Pedro El Mago Septién aún no estaba en Televisa, pero compartimos el micrófono tres o cuatro años después. Trabajé también con Enrique Llanes y Enrique Kerlegand.

Segundo cuarto

“Cliff Branch atrapa un pase de 12 yardas, lanzado por Jim Plunkett, anota y pone el juego 14-0. Los Redskins descontarán con un gol de campo de 24 yardas de Mark Moseley, pero Jack Squirek intercepta un pase de Joe Theismann y tras correr cinco yardas anota para los angelinos…”

—¿Aprendió algo de ellos?

—¡Por supuesto! Por ejemplo, a El Mago ser un caballero, era un tipo fuera de serie. Se me pasaba don Fernando Marcos, con él transmitimos el Mundial de Argentina y le aprendí mucho, era un hombre que sabía cantidad. Pero la talacha de la noticia indudablemente se la aprendí a Jacobo Zabludovsky, que era y es aula, maestro, todo junto: me enseñó este oficio y no sólo a mí, sino a la profesión en general, es casi casi el que inventó cómo hacer noticias en televisión, él es desde luego el número uno.

—¿Qué tal era trabajar con Von Rossum y Serratos?

—Muy divertido, de las cosas que más se acuerdan de mí es el lunes en la noche que mataron a John Lennon (8 de diciembre de 1980, estaba el medio tiempo entre Patriotas de Nueva Inglaterra y Delfines de Miami, con marcador de 13-13) y ¡la di en pleno Monday Night!”

—¿Cómo se enteró?

—La escuché por el audio que nos llegaba de Estados Unidos, la doy y a los cinco minutos en un corte entra Jacobo (Zabludovsky) furioso al estudio y me reclamó: “¡qué te pasa, de dónde sacas esa nota!”. Le contesté: “no me están engañando los narradores de Estados Unidos”. Se enojó… pero porque se la gané, que no se haga.

—También trabajó en Imevisión, hoy Tv Azteca…

—Así es. En aquel entonces Televisa, que tenía contratos con las cadenas gringas NBC y ABC, transmitía un año el Supertazón y al siguiente ellos, que tenían los derechos de la CBS. Allá estaba Pepe Espinosa, que en paz descanse, era un tipazo, Sergio Lara y sigue Joaquín Castillo. En mi brevísimo paso por Imevisión narré un par de partidos de los odiados Vaqueros de Dallas, con ellos, y hasta alcancé a hacer dos o tres DeporteTv.

Medio tiempo

“…Espectáculo de Salute to Superstars of the Silver Screen, de las bandas de la Universidad de Florida y Florida State University…”

—¿Por qué salió de Imevisión?

—Cosas que pasan. Pero de ahí me fui a Los Ángeles, duré siete años y pico en el Canal 34, era muy chiquito, así que debía hacerle de todo y fue cuando empecé con noticias generales, además de los deportes.

—Fue cuando su vida cambio…

—¡Y que lo digas! Los Raiders se acababan de cambiar de Oakland a Los Ángeles, se enteraron de que tenía experiencia de narrar americano en México, me localizaron y Al Davis, el gerente general, me ofreció narrar los partidos en español de la franquicia, ¡casualmente el equipo al que yo le iba! Comencé en la temporada de 1982, estuve con ellos como cinco años narrando sus juegos en casa y viajando con ellos como parte del equipo.

—¿Cómo veía al equipo?

—Éramos fuertes, el coach era Tom Flores. Teníamos a Jim Plunkett de quarterback, a Marcus Allen de running back, a Howie Long de defensive, etcétera, muy buenos jugadores, un equipazo, los malos tiempos empezaron después de eso.

—¿Con quién hizo amistad?

—Tom Flores fue uno de mis cuatachos, siempre me llamaba. Era Tomás Flores y para la comunidad hispana un idolazo y lo contrataban para hacer comerciales, ¡pero no hablaba nada de español! Siempre me llamaba para que lo acompañara ¡y lo coacheara!, porque no sabía qué y cómo decir las cosas. También me hice cuate de Howie, un tipo muy inteligente, por eso ahora le va muy bien en la televisión, muy preparado, sabe de todos los deportes, de beis sabe un carro… en los aviones de eso platicábamos más.

—¿Qué tal los viajes con el equipo?

—Los Raiders nunca han sido especialmente conocidos por su disciplina, así que siempre que había viaje al Este de Estados Unidos, nos íbamos desde el viernes y el juego era el domingo, y la noche de nuestra llegada en el hotel que nos hospedaban se armaban unas… ¡muy interesantes!

—¿También lo hicieron cuando jugaron y ganaron el Supertazón de 1984?

—La semana anterior al Super Bowl se vive la tensión, todo mundo quiere ganar, todos saben que es un escaparate, los va a ver medio mundo y no agarran la fiesta; en la temporada regular sí, pero antes del juego más importante de sus vidas, ¡jamás! Se portan bien, pues les conviene, ahí es donde hay millones de dólares en juego, es lo que van a usar la temporada siguiente cuando renegocien sus contratos.

Tercer cuarto

“John Riggins, con una carrera de una yarda, tras bloquear una patada de despeje, acerca a Washington, pero Marcus Allen, con una corrida de cinco yardas primero, y con un acarreo de 74 después (nueva marca en un Super Bowl), anota…”

—No sólo los jugadores de Raiders se llevaron su anillo…

—¡Claro!, soy el único mexicano que lo tiene como narrador.

—¿Qué le dijeron cuando se lo dieron?

—Como ya sabes, la noche del juego les dan el trofeo Vince Lombardi y después la liga manda a hacer los anillos con el escudo del equipo. Resulta que cuatro meses después de ese gran día, como a dos o tres semanas de abrir el campo para la siguiente temporada, citaron a una cena, yo iba con mi esposa de ese entonces (Lolita Ayala), y de repente empezaron a nombrar a la gente para darles sus anillos ¡y que escucho el mío!, sentí bien bonito, me hacía sentir parte del equipo. A mi esposa le dieron su collar también de diamantes, porque a las esposas de todos les toca.

—Con el anillo ya era parte de la historia de Raiders…

—Así es, y como miembro del equipo hay muchas canonjías; por ejemplo, por ahí de febrero o marzo de ese año, me invitaron para ser juez en la selección de las porristas de la siguiente temporada, “que si podía”, y les dije: “chin, voy a ver cómo le hago…” ¡Y claro que fui!”.

—¿Cuántos Supertazones ha narrado?

—Tuve mucha suerte porque los Super Bowl que me tocaron fueron los tres que ganó Raiders, los dos primeros con Televisa y el tercero ya como parte de la franquicia.

—¿Qué diferencia hubo entre ellos como narrador?

—A los de Televisa fui como parte de la cadena de televisión, las cabinas son un poco más lujosas, lo que llaman los centros de atención son más sofisticados y nosotros tenemos los mismos lugares que los comentaristas gringos, los tratan como semidioses. Como miembro del equipo es otra cosa, tiene uno otros privilegios, acceso a los vestidores, a los jugadores, porque ellos te ven todos los días, te conocen perfecto.

—¿Es difícil narrar un juego del equipo al que uno le va?

—Sumamente difícil, para bien y para mal. En alguna ocasión Al Davis se enojó conmigo. Él no sabía español y contrató a Gil Hernández sólo para que le tradujera lo que yo decía; en una de esas, dije que estábamos jugando basura ¡y bolas, me cayó encima!, me dijo que le bajara.

—¿Por eso dejó la chamba?

—Yo estaba muy enojado por cómo estábamos jugando y la verdad es que Al era un señorón. Muchos años después, en un partido de la NFL en el estadio Azteca, vinieron Los Raiders y Davis con ellos. Tenía como siete u ocho años de que ya me había regresado a México, pero como 10 o 12 de no trabajar con la franquicia, ni verlos. Fui al coctel de prensa y cuanto me vio me dijo: “You are Raider, where do I know you?” (¿De dónde te conozco?). Le comenté que se acordara cuando yo trabajé con ellos y me contestó: “Sure, you are the one of game trash” (Seguro, tú eres el del “juego basura”).

—Así que no terminaron enojados…

—Para nada, estuvimos platicando tan a gusto que le pregunté por qué no traía los anillos de Supertazón que tanto le gustaba ponerse e incluso ninguno de los jugadores que los habían ganado y seguían en el equipo, tampoco, y que me dice: “Nos dijeron que no trajéramos joyas, porque aquí asaltan”. ¡Mi México lindo y querido!

—¿Usted usa seguido su anillo de Supertazón?

—No, lo tengo guardado, es uno de mis tesoros, pero te puedo decir que después de la temporada de ganar el Super Bowl, los jugadores llevaban sus anillos a las giras y yo también. Un día estábamos en un bar y pues siempre pululan admiradoras. Una de ellas me veía la cara y el anillo, se acercó y me preguntó: “Are you the kicker? (¿Eres el pateador?) ¡Pues claro, uno chaparrito, por supuesto que decían “no, pues este güey no puede ser”! Estuve hasta 1987 en la franquicia.

Último cuarto

“Chris Bahr, con un gol de campo de 21 yardas, pone el marcado 38-9 a favor de Raiders, que ya no cambia. El jugador más valioso es Marcus Allen, que corrió 191 yardas en 20 acarreos, con récord de Super Bowl…”

—A 30 años de recibir el anillo, además del juego, ¿qué recuerdos le trae?

—Muchos muy bonitos, una época, una parte de mi vida hermosa. El año del Super Bowl nació mi primera hija, orgullo profesional, es el testimonio de que llegué a un lugar importante en esa área, es más gratificante tener un anillo de Super Bowl, pero es difícil evaluar recuerdos. Por ejemplo, tengo el anillo, pero no lo puedo comparar con la experiencia de las Torres Gemelas, son distintas, gratificantes ambas, una trágica, la otra no.

—¿Qué ha sido para usted inmiscuirse más en información general?

—Ha sido excelente. Las Torres Gemelas se me cayeron en vivo, estaba al aire, a medio noticiario (1:N junto a Lourdes Ramos), y a las 24 horas ya reportaba desde Nueva York. La guerra de los Balcanes, los funerales de la Princesa Diana, la guerra en Irlanda del Norte, la visita del Papa en Cuba, la entrega de Hong Kong de la Gran Bretaña a China, viajar en el avión del Presidente de México, conocer por dentro el Palacio de Buckingham y el Palacio Real de Japón, haber visto a la Reina Isabel en vivo, ver a los Emperadores de Japón, el de la Ciudad Prohibida en China… soy privilegiado de este oficio.

—¿Le reclamaría algo a la vida?

—Para nada, al contrario, estoy agradecido con ella, salí de gane, ya le quedé a deber. Tengo cuatro hijos maravillosos, una casada muy contenta en Londres, otro en Miami que se dedica a la crónica deportiva, otros dos que ya están en la universidad, no tengo queja. En estos años finales de mi carrera estoy muy contento, hago lo que quiero. Cuando entras a Gayosso ya dejaste de ser periodista, pero no me imagino diciendo que ya no leeré un periódico, ver un noticiario o escucharlo en la radio, ¡no!

Total
0
Shares
Previous Article
Experiencia visual-musical. Foto: Chino Lemus.

Ximena Sariñana se suma al Allegro sinfónico para niños

Next Article
Venta en Kunming, provincia de Yunnan. Foto: Jiang Wenyao/Xinhua.

El reino de los hongos silvestres, en temporada alta

Related Posts
Total
0
Share