El retiro de Serena Williams implica el adiós de una grande.
Si bien para muchos la lucha contra el machismo de Serena Williams queda empañada por el incidente de 2018 cuando fue sancionada por un juez y acusar de doble rasero en su condición de mujer, tema discutido por varios, dejan de lado otras batallas que dio.
Por ejemplo, durante 13 años no jugó el Master de Indian Wells debido que ella y su hermana Venus recibieron ataques racistas por parte de los aficionados. Su participación era obligatoria, por lo que el no asistir les hizo merecedoras de una multa.
Algunos la definen como “una grande más allá del género o raza”. No obstante, precisamente esa frase de querer alejar el género o raza engloba como el querer eliminar esas vulnerabilidades de la carrera de Serena es minimizar la lucha que dio y lo que le costó posicionarse en la cima.
Porque es aquí donde olvidamos tras frases como “no todas las mujeres son vulnerables” o “también los hombres sufren discriminación” que hay batallas especificas que hay que dar.
No se trata de menoscabar la lucha de igualdad que hombres han tenido que librar o por ejemplo sin perder de foco el caso de Serena, el que otros deportistas negros han dado. Ella misma se manifestó en la lucha contra el racismo. Pero ha recibido insultos donde no solo se agrede a ella por ser negra sino en relación con su condición de mujer.
Es inevitable no mencionar a Ilie Nastase, el ex número uno jugador rumano con su dicho ante el anuncio del embarazo de Williams, “Veremos de qué color nace el chico. Chocolate con leche”, dijo el rumano a un colaborador durante la conferencia de prensa previa al choque de Copa Federación ante Gran Bretaña, en alusión a que la pareja de Williams, Alexis Ohanian, es blanco. Como si no fuese suficiente, alegó en su defensa: “Malo que hubiera dicho que el bebe seria negro y feo”. El rumano fue sancionado por tres años. Esa batalla la ganó Williams.
Sin embargo, la condición de mujer fue quien finalmente venció a Serena Williams. Imbatible en la cancha no pudo contra los cambios físicos producto del embarazo y las complicaciones posparto.
“Tuve mis oportunidades tras regresar de mi embarazo”, reflexiona Williams en un ensayo publicado. “Pasé de una cesárea a una segunda tromboembolia pulmonar, y luego a una final de Grand Slam. Jugué mientras amamantaba. Jugué mientras sufría de depresión posparto. Pero no pude lograrlo.” Y si bien señala que no duda en elegir a su familia por sobre su currículo profesional si marca la cruda realidad de las mujeres a diferencia de los hombres.
“Si yo fuera un hombre no estaría escribiendo esto porque estaría jugando y ganando mientras mi esposa hace la labor física de expandir nuestra familia”, explica en uno de los pasajes más impactantes del ensayo. “Quizás sería más como Tom Brady si tuviera esa oportunidad”.
Dura cosa es ser mujer. Para aquellos que dicen que su grandeza va más allá del género en algo tienen razón. Es grande a pesar del género.
También te puede interesar:
‘She-Hulk’: cuando la ira tiene rostro de mujer
TIME’s new cover: What @serenawilliams gave the world https://t.co/GYx4NskwHZ pic.twitter.com/gxxXj5ABWf
— TIME (@TIME) August 29, 2022