Estamos inmersas en la lucha por la igualdad de género. Esto siempre se hace más notorio en el mes de marzo cuando se conmemora el día de la mujer. Hoy que marzo ha quedado atrás vale la pena rescatar aquello que tal vez pasó desapercibido, pero que nos da una visión de esta lucha, más allá de la eterna discusión sobre si las protestas deben ser pacíficas o si la violencia ha servido de algo.
Un elemento silencioso de resistencia, que les habla a aquellas que no toman calles o no se ven directamente beneficiadas por romper el techo de cristal o escaños políticos. Sí, la toma de conciencia en aquellas que permanecen en la casa, en la cocina, un lugar digno siempre y cuando sea por elección.
Y eso hizo Tort(guerr)illa. Fue a través de las tortillerías de la Ciudad de México, que se sumaron con la entrega de tortillas envueltas con papel estraza impreso con consignas que apoyan la causa.
Algunas de las frases, que fueron seleccionadas por la artista brasileña Marilá Dardot como parte del Día Internacional de la Mujer, son: “Nuestra vida, nuestros cuerpos”, “Yo soy mía” y “Por la vida y la libertad de las mujeres. Fin al feminicidio”, entre otras.
No fueron al azar. Las consignas surgen a partir de una revisión al acervo del portal de Archivos Históricos del Feminismo del Centro de Investigación y Estudios de Género de la UNAM (CIEG), en el que se consultaron revistas feministas que se imprimieron y distribuyeron en México durante las décadas de los 70, 80, 90 y 2000, como Fem; La Revuelta; La Correa Feminista; CIHUAT y La Boletina. (www.culinariamexicana.com.mx).
Algo que queda para reflexionar es la importancia de entender que el feminismo no es de aquellas mujeres que se ostenta como tales. Es de todas, por todas y para todas. Que la conquista de espacios del poder no es la única batalla que toca dar, ni que todas se sentirán representadas por las causas más vistosas.
No todas luchan por derechos reproductores, pero sí por un acceso al sector salud. No todas buscan paridad política, pero sí romper la brecha salarial. No todas buscan acceso a los puestos directivos, pero sí trabajos con seguridad social. Tal vez algunas nunca estén en las calles o en las trincheras informativas, y es probable que no entiendan a ciencia cierta el feminismo, pero quieren ser libres de violencia.
Y por ellas es que la lucha vale la pena. Y no será tal vez a través de grandes manifiestos o conversatorios que llegaremos a todos los rincones, sino a través de la cotidianidad, esa que podemos alcanzar a través de expresiones culturales populares. Porque el feminismo no es el de las élites, aunque sea el más vistoso. Que la lucha por el poder desde el poder no es feminismo sino ambición.
Este aprendizaje nos dejó marzo. Y esa lucha, por todas, para todas y de todas. Hasta entonces.
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Frases feministas impresas en papel ?
Ama-sar la marcha #8m #mariladardot #Tortiguerrilla pic.twitter.com/RHxA5XqzFl— nayeli ~_n (@yalneflow) March 9, 2022