Japonesa
Ella se llamaba Hana, trabajaba en una empresa de importaciones y pertenecía como muchas otras almas al mundillo de las triviales vidas de oropel y de bisutería del Facebook
El descontón de Vargas Llosa al Gabo
Los intelectuales entenderán mucho de letras, pero muy poco de hacer política, y como decía Ortega y Gasset, si no haces política, igual se hará y posiblemente en vuestra contra
Castaneda, Jodorowsky y un acertijo
El cineasta iba acompañado de una despampanante rubia para que convenciera con sus encantos al escritor chamánico de rodar la cinta 'Las enseñanzas de Don Juan'
Groucho y Marx, en sauna a fuego lento
“El tío Karl”, como le llamaba Groucho, era como el clásico tío borracho que todos los sobrinos quieren ser y al que admiran, un erudito de ideales incendiarios
La cabeza perdida de Einstein
Einstein amaba y se enamoraba de todas las mujeres, pero las que en verdad le volvían loco eran las más plebeyas, cuanto más sudadas y olorosas más le gustaban
El sedoso adiós de Sulli, la estrella coreana
En el momento en que el mánager llegó a la residencia de la cantante y ésta no le abría ni contestaba las llamadas, temió lo de costumbre, un final trágico
Studio 54, la Gomorra de los años 70
En el club nocturno se podía ser el Rey o la Reina toda la noche si tu look lograba convencer los amanerados gustos de Rubell, uno de los socios
Marilyn, un hermoso cadáver, y Hefner
Sólo había un personaje capaz de adquirir el cuerpo embalsamado de la chica a la que le debía todo su éxito, el estrambótico Hugh Hefner
Charlie Parker, Miles Davis y la Baronesa
Componer diariamente esa nueva música exigía mucho y la heroína era la gasolina de ese motor, además de que se podía mezclar con alcohol y otras drogas
Elvis y los Beatles: unos ‘rounds’ de sombra
El representante sugirió al Rey enviar un saludo de bienvenida y recibir en su casa a los de Liverpool, pero lo cierto es que el cantante estaba un poco celoso