Isabel II hizo su último viaje al Palacio de Westminster, donde permanecerá en capilla ardiente para que la multitud pueda darle el último adiós a su reina antes de su funeral de Estado, el próximo lunes, al que están convocados cientos de líderes mundiales.
El ataúd de roble con los restos de la monarca, que falleció a los 96 años el jueves pasado, salió del palacio de Buckingham este miércoles en un carruaje de armas tirado por caballos. Detrás del féretro, acompañaron a pie sus cuatro hijos: el rey Carlos III, la princesa Ana, el duque de York, Andrés, y el conde de Wessex, Eduardo, además de los príncipes Guillermo y Enrique.
Una multitud de dolientes se alineó a lo largo del Mall para ver el paso de la procesión, a la que acompañaron disparos de armas desde Hyde Park en intervalos de un minuto y el sonido del Big Ben, mientras una banda militar tocaba marchas fúnebres de Beethoven y Chopin.
A su llegada a Westminster Hall, el arzobispo de Canterbury realizó un breve servicio asistido por el reverendo David Hoyle, decano de Westminster, en presencia del rey Carlos III e integrantes de la familia real.
Al ataúd de la monarca lo cubren el estandarte real, la corona imperial (con casi 3 mil diamantes incrustados) colocada sobre un almohadón de terciopelo color violeta, y una guirnalda de flores, que incluye rosas y dalias blancas, además de una selección de follaje, como pino de los jardines de Balmoral, lavanda y romero de Windsor.
Los restos mortales de Isabel II, custodiados guardaespaldas reales y otras unidades militares como la Caballería Doméstica, pasaron su primera noche en Westminster Hall, punto al que miles de personas se volcaron haciendo filas kilométricas para presentarle sus respetos a la monarca.
En las primeras horas del lunes 19 de septiembre, el cuerpo será trasladado en procesión hasta la Abadía de Westminster para celebrar el servicio funerario de Estado.
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Following the arrival of The Queen’s coffin at Westminster Hall, the Abbey bells are ringing fully muffled – something which only happens following the death of the monarch. Muffles are leather pads fitted to a bell’s clapper to produce a soft, solemn sound. pic.twitter.com/SGONBIrTO9
— Westminster Abbey (@wabbey) September 14, 2022