Tras críticas y reseñas diversas finalmente se estrenó el 18 de agosto en Disney + la serie She-Hulk: defensora de héroes, que, de acuerdo con lo esperado, promete seguir agitando el debate en torno a la introducción de personajes femeninos en el Universo Cinematográfico de Marvel y su representación.
Inspirada en los comics que comenzaron a publicarse en la década de los 80 del siglo pasado, She-Hulk cuenta la historia de Jennifer Walters, una abogada que, por una circunstancia que no se describirá aquí para no incurrir en spoilers, recibe una transfusión de sangre de su primo, el científico Bruce Banner, cuyo alter ego es Hulk.
De esa forma adquiere los superpoderes de éste, pero de una forma más ligera. Walters tendrá que adaptarse a partir de entonces a esta nueva situación, a la vez que lucha por continuar con su carrera de abogada.
Y es aquí donde llegan las opiniones encontradas, sobre todo por las características de un personaje que muta su personalidad hasta convertirse en monstruosa en condiciones de furia, lo que en algún momento se torna metáfora sobre la capacidad de las mujeres de controlar sus emociones, lo que expresa Walters en uno de los diálogos centrales del primer capítulo:
“Soy buena controlando mi ira, lo hago todo el tiempo. Como cuando me hostigan en la calle, como cuando un incompetente me explica mi propia área de especialización. Lo hago básicamente todo el día, porque si no lo hago dirán que soy sentimental o difícil”.
A reserva de lo que deparen los próximos capítulos, la historia por lo pronto señala un estereotipo que siempre se ha promovido en la sociedad: las mujeres no tienen permitida la expresión de la ira o una conducta más agresiva ni perder el control de ellas.
Si bien Marvel hace un intento por dar cabida a la agenda feminista, hasta el momento lo ha llevado a cabos sin comprometerse a fondo.
“El problema es que Marvel esté llevando la agenda de lo que es o no es feminista, definiendo el marco del feminismo mainstream del siglo XXI, cuando existen otras muchas expresiones con personajes y discursos mucho más interesantes”, dice por ejemplo el diario El País.
Para otros, cada avance es digno de señalar. No es poca cosa que una industria de la magnitud de Marvel haya accedido a comenzar por romper estereotipos. Siendo un mercado históricamente producido de “hombres para hombres”, la aceptación de estos cambios no es poca cosa. El público, el fandom marvelita, no ha aceptado de manera amable la inclusión de mujeres en los roles de superheroínas. Algunos agreden en redes a las protagonistas o a las mujeres que escriben del tema.
No son pocos los que exigen “mantenerse fieles a los originales” cuando, si se estudiase a fondo la trayectoria del comic, no es nuevo el romper estereotipos. El ejemplo lo tenemos con la Mujer Maravilla, que, pese a lo que se le pueda señalar, dentro de su contexto en la década de los 40, encarnó una visión de mujer emancipada para su época.
Debemos recordar para aquellos que reclaman que aún es insuficiente, que sí, es verdad: falta mucho camino por recorrer. Pero no solo en los comics, sino en la sociedad. En los hombres, el ser duro y agresivo en negocios y sagaz es virtud. En las mujeres no son pocos los insultos relacionados a esa conducta. Tal parece que She-Hulk no deja de tener razón en negarse a encarnar a este personaje, pues como dijo Wanda en Doctor Strange: lo que en una es locura en el otro es virtud.
Por ello, el avance se agradece, pero le pedimos a Marvel que no se quede solo en un universo la igualdad, sino que ésta sea capaz de transformar todo el universo Marvel… y a su fandom.
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¿YA QUEREMOS QUE SEA JUEVES?
Sí, nos declaramos culpables 🤓 #SheHulk: Defensora de Héroes, primer episodio disponible ahora en #DisneyPlus. pic.twitter.com/w2779fc3Hk— Disney+ Latinoamérica (@disneyplusla) August 20, 2022