La mitra del Papa
Vivo en una de las regiones más católicas del mundo, en la parte central de uno de los países con mayor número de católicos: el estado de Guanajuato en México, donde más de 90 millones de personas se identificaron como católicas en el censo Inegi 2020.
Al recorrer el paisaje cultural de esta ciudad, dibujado por templos fortaleza, capillas, torres, campanarios, plazas y fuentes entre las calles de casas coloniales, nos transportamos a un tiempo pasado. En esta ciudad hay iglesias, tiendas o bares por igual; además de turistas, cámaras, drones, espectáculos de luz y sonido que se entremezclan como en un teatro que continuamente ofreciera el bien y el mal.
Sin embargo es difícil desde el mundo actual entender el paisaje como campus filosófico y religioso que es hecho ex profeso desde su fundación en el siglo XVI. Enmudecidos por la modernidad, los monasterios, conventos, fantasmas y habitantes de la Villa Protectora de San Miguel, ya no pueden comprenderse fácilmente y quedan reducidos a escenografía y fondo para selfis.
La Iglesia Católica dio inicio al cónclave el 7 de mayo, tras la muerte del Papa Francisco el 21 de abril 2025, tan sólo un día posterior a la celebración de Semana Santa. Fue en esos días cuando el Canal 26 de Argentina publicó el titular: “León XIV Nuevo Papa: Alma Andina y Vocación Reformista.
Robert Francis Prevost Martínez: el religioso nacido en Chicago y formado en Perú fue elegido sucesor de Francisco. Su elección puede interpretarse como un puente entre culturas, visiones eclesiásticas y continentes.” Con estas palabras se enmarcaba el resonante habemus papam del pasado 8 de mayo.
Prevost Martínez, fue llamado a la curia de Roma precisamente por el Papa Francisco conmovido por su trabajo en Perú.
Mientras camino por las calles empedradas de San Miguel, me pregunto, ¿cuál será la postura política y eclesiástica del nuevo representante de la Iglesia hacia el futuro?
En entrevista, Filippo Sorcinelli, el sastre del Papa Francisco declaró los lineamientos que le guiaron sobre el diseño de las vestiduras, mortaja y mitra: “Una mitra que hablara de humildad sin renunciar a la dignidad, es una piedra blanca, simple y absoluta enmarcada por el oro: un fragmento de eternidad”, compartió en una entrevista con Paula Guardia Bourdin, para Infobae.
Debo refugiarme a la sombra de los masivos portales de cantera. Descanso un rato frente a la parroquia en la plaza principal. Luego camino hacia el Oratorio, me detengo en la plaza de La Soledad para alcanzar a ver con más detalle la cúpula y linternilla del Templo de La Salud.
De pronto, descubro que es la alegoría de una tiara o mitra papal, es una corona con silueta de colmena, un huevo, un útero, una ojiva simple sin adornos, y sobre esta cúpula una esfera que representa el orbus y hacia el cielo repunta una cruz. La mitra que corona a la Virgen. La mitra papal y las cúpulas de las iglesias del siglo XVIII buscaban simbolizar la unión entre lo divino y lo terrenal.
Motivados por la Virgen de Loreto, aquí también se fundó un Santuario donde el Papa Pío VI, otorgó indulgencias plenarias en 1776, siempre que se hiciesen los ejercicios espirituales del viacrucis; así la Jerusalén peregrina, la Jerusalén Chichimeca, la Ciudad de Dios que San Agustín de Hipona y Tomás Moro alguna vez soñaron, comenzó a materializarse en San Miguel.
La Bula incluyó indulgencias plenarias para quien se acercara al Santuario de Atotonilco, en la celebración del Nazareno y además purificara su alma siguiendo los ejercicios de retiro, silencio, oración y penitencia de San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas.
El aroma de las tortillas de maíz nos guía hacia el mercado junto de San Francisco de Sales. Allí comienza la calle de Homo Bono, antes de la Vera Cruz, donde se venera la Cruz del Buen Camino.
¿Cómo será la tiara futura del Papa León XIV? Aunque su uso fue abandonado por Pablo VI, la representación del triregnum, junto con las llaves de San Pedro, sigue siendo un símbolo del pontífice. La mitra triregnum invita a la reflexión sobre la presencia de Dios en la historia de la humanidad. También el escudo del Papa muestra su compromiso personal.
La página del Vaticano dice sobre el nuevo escudo que adoptó el Papa León XIV: “La imagen recuerda la experiencia de la conversión de San Agustín que él mismo explicó con las palabras «Vulnerasti cor meum verbo tuo», «Has traspasado mi corazón con tu Palabra».” Y adopta el lema de San Agustín: «In Illo uno unum«, en Cristo somos uno.
Sin duda conocer su llamado a la unidad a través del emblema que elige, reconforta. En el puesto de nieve frente al Templo y Beaterio de Santa Ana, aún se encuentra la frutilla prehispánica del garambullo y junto al beaterio, una Biblioteca Pública y refugio para la comunidad. Por su labor, se aprecia en justa medida a León XIV quien es sensible a expresiones religiosas de las culturas regionales de Latinoamérica y el mundo y a los problemas complejos que en los lugares más remotos se padecen.
Mientras cae la tarde y subo la cuesta con más preguntas que respuestas, escucho entre recuerdos versos anónimos, que quizás pertenezcan a la pluma de San Juan de la Cruz, de Santa Teresa de Jesús, o de San Ignacio de Loyola. Al parecer aún nadie lo sabe de cierto:
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte (…)
«¿Qué podemos hacer cuando nos encontramos en una situación que parece sin salida? Bartimeo nos enseña a apelar a los recursos que llevamos dentro y que forman parte de nosotros. Él es un mendigo, sabe pedir, ¡es más, puede gritar! Si realmente deseas algo, haz todo lo posible… pic.twitter.com/9WBTawkR77
— News Vaticano 🇻🇦 (@news_vaticano) June 11, 2025