Sarai Aguilar Arriozola

Buchonas: ¿empoderamiento a través del cuerpo?

Es hasta el fenómeno de las ‘buchonas’ que se les empieza a reconocer con poder, como si el simple hecho de tener senos grandes, ropa costosa, empoderara

“Una cintura más pequeña y definida… caderas más anchas con glúteos más grandes… y si hablamos de senos, generalmente son grandes”.

Esa es la petición más común en los estados donde el narcotráfico ha influido no solo en la seguridad y economía, sino en la estética corporal femenina.

Buchonas, les llaman. Pueden o no estar relacionadas con el narcotráfico. En la definición técnica, de acuerdo con Elena Acosta Ugalde, académica de la UNAM, el término buchón se comenzó a utilizar en Sinaloa para designar a las personas que “bajaban de la sierra con dinero que habían obtenido de la venta de droga, llegaban a las cantinas y pedían el whisky Buchanan’s, pero lo pronunciaban tal y como lo leían. Por esa mala pronunciación se les dio ese nombre”.

Pero estos buchones, junto con la narcocultura que nos invade, no son responsabilidad exclusiva del narcotráfico. Los medios de comunicación han desempeñado un papel donde, para mal, en la difusión de esta narcocultura se evoca la imagen de los narcotraficantes a través de series, corridos y otros productos que los hacen algo deseable, asequible.

¿Pero que implica lo buchona en la transformación del cuerpo? Algunos autores definen el cuerpo como la “narración y prueba física de la combinación del momento histórico, la geografía, y del contexto sociocultural, así́ como de la relación íntima e individual del capital simbólico, cultural, económico y social de cada persona”.

Para otros el cuerpo, a partir del cual las buchonas definen y escenifican una nueva concepción de feminidad, se construye a partir de estereotipos clásicos de la mujer y elementos necesarios para sobrevivir en un contexto de violencia como es el generado por el crimen organizado.

Hasta ahora se han hecho estudios sobre el impacto de la violencia del narcotráfico en las mujeres: se estudian índices delictivos, impacto en condenas en prisión. Pero es hasta el fenómeno de las buchonas que se les empieza a reconocer con poder, como si el simple hecho de tener senos grandes, ropa costosa, empoderara. Como si eso cambiase su posición en la estructura del poder.

Basta para desmitificar esa narrativa el testimonio de una cirujana en entrevista para BBC: “Muchas veces vienen (las jóvenes) con un novio que paga por la cirugía. Y tengo varios caballeros que me llaman y me dicen: ‘Oiga, doctora, le voy a enviar a una chica para que la opere'”.

Pero ¿solo en el crimen organizado los senos grandes y cuerpos curvilíneos tienen doble asociación de poder por seducción, pero sumisión ante el código que sexualiza a las mujeres? ¿O la sociedad actual y la cosificación de las mujeres en campañas de marketing y medios acaso no hacen lo mismo?buchonas

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