Instagram: el filtro de la responsabilidad
¿A quién corresponde la seguridad de los hijos, a sus padres o a los grandes corporativos? Esta pregunta sólo resulta válida en el contexto de un mundo globalizado que ha confundido los parámetros de la vida real y la vida virtual, al no existir lineamientos claros para el ejercicio de una o de la otra.
A fecha recientes Instagram acaba de declarar que se han implementado nuevos puntos y medidas para poder regular las cuentas de los adolescentes entre 13 y 18 años. Los nuevos filtros no son tan nuevos, al menos no en la industria de la cinematografía, pues consiste en la clasificación PG-13 (Parental Guidance) para las cuentas donde la persona declare estar entre ese rango de edad.
De acuerdo con directivos de la plataforma, el material recomendado en el feed o en reels se filtra cuidadosamente para excluir temas sensibles o violentos y evitar que los adolescentes vean imágenes explícitas, autolesiones o incitación a conductas peligrosas.
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Asimismo, hay maneras de activar un mayor control parental, ligando o vinculando la cuenta de la adolescente a la cuenta del adulto responsable para de esta manera poder supervisarlo de manera directa.
No obstante, siguen existiendo señalamientos de que estas medidas son inadecuadas o insuficientes para prevenir el acoso, hostigami ento, exposición o material no deseado e incluso se reviven los recientes casos de los suicidios ligados supuestamente a la inteligencia artificial.
Es innegable que las empresas poseen una responsabilidad por sus plataformas, en el sentido de que éstas sean espacios donde los datos e información privada estén almacenados de forma segura. Sin embargo, la responsabilidad legal y legítima no corresponde a los corporativos, sino a los adultos a cargo de los menores de edad.
Pero esta responsabilidad va más allá de simplificarla a poder tener acceso ilimitado a las cuentas de sus hijos y poder revisar a qué contenidos acceden. Una formación basada en promover el desarrollo integral de las adolescencias debe estar fundamentada en promover el desarrollo de un criterio propio sustentado en el conocimiento de las reglas básicas de seguridad.
No obstante, la falta de conocimiento sobre las reglas básicas de seguridad no solamente es inherente a las adolescencias. Se ha dicho hasta el cansancio que las generaciones actuales han sido las que han tenido mayor acceso a la información. No obstante, desconocen cómo hacer uso de ella para discriminar entre lo falso y verdadero, e incluso se sigue cayendo en estafas o bulos.
No debemos dejar de lado que las herramientas tecnológicas, el ciberespacio y la inteligencia artificial no dejan de ser instrumentos creados por el hombre y para el hombre, por lo cual no sobrepasan la capacidad humana, siempre y cuando se les conozca, se les deje de mitificar y de evadir.
Es necesario que se tome una responsabilidad sobre el metaverso y que a través del conocimiento del mismo se pueda educar a las nuevas generaciones para un uso más inteligente del que hemos hecho los denominados adultos responsables. Y, por cierto, respondiendo a la pregunta, Instagram no es responsable por sus hijos. Enfrente del espejo están los responsables.
De acuerdo con la plataforma, estas son actualizaciones importantes y queremos tomarnos el tiempo necesario para que funcionen correctamente. La configuración de contenido actualizada comenzará a implementarse gradualmente hoy mismo en las cuentas de adolescentes en EU, Reino Unido, Australia y Canadá, y estará completamente implementada para finales de año.
De cara al futuro, planeamos implementar estos cambios a nivel mundial, aplicar más protecciones a los adolescentes que afirman ser adultos y, en Facebook, añadir protecciones adicionales para contenido apropiado para su edad.


