Amores perros Guillermo Arriaga González Iñárritu

‘Amores perros’ reconcilia a sus autores 20 años después

«En momentos de heridas profundas, siempre hay la posibilidad de la reconciliación», expresó Guillermo Arriaga frente a Alejandro González Iñárritu en Bellas Artes… y se fundieron en un abrazo

Cuando la productora Martha Sosa subió al escenario del Palacio de Bellas Artes ya sabía que no debía mencionar ante el público el nombre de Guillermo Arriaga, autor del libro cinematográfico de la película Amores perros (2000), que se iba a proyectar minutos después en función especial conmemorativa por sus 25 años.

Cuatro días después de la violenta marcha del 2 de octubre pasado para recordar el movimiento estudiantil de 1968 y la matanza de estudiantes en Tlatelolco y, antes, la de la protesta del 26 de septiembre por la desaparición de 43 jóvenes de Ayotzinapa, hace 11 años, Bellas Artes se mantenía aislado del resto del mundo con una barda perimetral de estructuras de acero.

Bajo el cielo nublado, el recinto cultural lucía más espectral que nunca, con la Torre Latinoamericana de frente como un faro en panóptico, sí, esa que también aparece al arranque de Amores perros, la película que cambió muchas vidas, sobre todo la de su director, Alejandro González Iñárritu, que ha pasado semanas concediendo entrevistas por el cuarto de siglo del filme y, la víspera, una master class en la Cineteca Nacional, y la de su escritor de esa y dos películas más, Guillermo Arriaga.Amores perros Guillermo Arriaga González Iñárritu

Por supuesto, el público que iba llegando a la función (una de las pocas de cine que se han proyectado en el Palacio de Bellas Artes en su historia, apenas unas tres en los 25 años que tiene Amores perros) tenía la expectativa de que González Iñárritu, ganador de cuatro premios Oscar por su cine en Hollywood, iba a subir a hablar de la película que proyectó a la fama a Gael García Bernal, el primero en ser nombrado por Martha Sosa para recibir los aplausos de los asistentes al ágape cinematográfico, entre quienes se encontraban la secretaria de Cultura federal, Claudia Curiel, y el cantante Miguel Bosé.

Los nombres que pronunciaba la productora se encarnaron de pie en las butacas después del charolastra: Vanessa Bauche, Adriana Barraza, Gustavo Sánchez Parra, el desgraciado Jarocho; la española Goya Toledo, su amante en la película, Álvaro Guerrero; Rodrigo Murray, el Caín y su Abel en el filme, Jorge Salinas; José Sefami, el Judas; Dagoberto Gama o el compositor Gustavo Santaolalla, a quien correspondió cerrar los festejos con un concierto en el que interpretó con otros músicos los temas de Amores perros y 21 Gramos, dos de los tres filmes de González Iñárritu y Arriaga, junto con Babel.

Cuando la productora Martha Sosa pronunció el nombre del cineasta, los aplausos y vítores coparon el ambiente, aunque seguía sin pronunciarse un nombre que ahora suena más por novelas exitosas y de culto como El búfalo de la noche, El salvaje, Salvar el fuego, Extrañas o su más reciente libro, El Hombre.Amores perros Guillermo Arriaga González Iñárritu

González Iñarritu se paró frente al micrófono, con el vitral del Dr. Atl a sus espaldas, y dijo que le parecía surreal estar en el Palacio de Bellas Artes. Agregó que se preguntaba cuántas cosas habían pasado en 25 años. No lo dijo, pero entre ellas estuvo el pleito que lo distanció de Arriaga.

Luego se puso tanguero. “Y al mismo tiempo no ha pasado nada. Ora sí que ‘sentir que es un soplo la vida, que 20 años no es nada’, recordando a su padre que escuchaba el tango “Volver”, de Carlos Gardel. Recordó y pidió aplausos fuertes para los difuntos Lyn Fainchtein, consultora musical de Amores perros; Emilio Echevarría, El Chivo, y Gerardo Campbell, el organizador de peleas caninas, Mauricio.

“Recuerdo ahora ese momento en que esto era sólo una idea, un acto de fe, de locura, sin expectativas, cálculos racionales, exceles o algoritmos de por medio”, apuntó el cineasta ganador de 4 Oscar.

“La inocencia fue nuestra herramienta”, agregó sin revelar todavía quiénes eran esos “nosotros”Amores perros Guillermo Arriaga González Iñárritu

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Después vino la primera mención a Arriaga: “El soplo de vida que inició esta película fue con el guion fundamental de Guillermo Arriaga y el pedazo de corazón que cada actriz, actor y cada uno de los colaboradores y miembros del equipo de rodaje dieron a esta película”.

Ya encarrerado, dio su versión sobre la trascendencia de su debut en el cine.

“Ahora Amores perros ya no es nuestra ni de nadie. Amores perros ya es parte de la memoria colectiva de este país. Cine e identidad entrelazados, que es el mejor premio que podemos recibir. Un mosaico para mí de un país en tránsito, de belleza, de desigualdad, de ternura y violencia, deseo, inocencia, dolor, traición, y una continua búsqueda de un padre, que no podemos encontrar.

“Es una película profundamente humana. Amores perros es una proyección de nosotros mismos, un país perro lleno de amores, un país que muerde esa contradicción que somos, una herida abierta como la herida que lleva el perro Kofi en la primera escena dentro del automóvil en la película, donde se huye con terror de esa violencia que aún nos persigue a nosotros. Amores perros entrelaza lo histórico, lo temporal y lo local y lo universal, lo artístico y lo político, y lo individual con lo colectivo”, expuso.Amores perros Guillermo Arriaga González Iñárritu

Los amores perros los juntaron 25 años después

Habló del fotógrafo Rodrigo Prieto, que no pudo estar en la función, porque tuvo que viajar. Rindió homenaje a los caídos. Y vino la sorpresa que quizás nadie esperaba, pero que sospechaba habría, ya que de lo contrario la celebración por los 25 años de Amores perros habría sido incompleta y, sobre todo, injusta.

“Desafortunadamente hace 20 años hubo una fractura, una separación muy dolorosa, originada por el desencuentro de diferentes puntos de vista, pero también azuzada por muchas otras personas e intereses. Sin embargo, esta coyuntura del aniversario de los 25 años de esta película ha sido el marco perfecto para poder hacer a un lado nuestras diferencias, reencontrar ese cariño profundo y mutuo que siempre compartimos.

«En un mundo lleno de odio e intolerancia, hemos los dos decidido reconstruir esa hermandad que siempre tuvimos y esto me emociona muchísimo. Les quiero dar una sorpresa. Quiero que le demos un aplauso muy, muy grande a mi querido hermano, un aplauso gigante, a mi hermano y gran talentoso escritor: Guillermo Arriaga”, concluyó su discurso González Iñárritu.

Y Arriaga, como la luz, se hizo. Buscó al cineasta con el que compartió la gloria. Y se fundieron en un abrazo, con los volcanes del Valle de México estilizados por Dr. Atl de sus testigos.

“Aun en momentos de heridas profundas, siempre hay la posibilidad de la reconciliación”, dijo Arriaga.

Amores perros los juntó una vez, los amores perros los juntaron 25 años después, otra vez con abrazos.

Wim Wenders, el poeta por excelencia del cine de carretera

 

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