italia Dillon Torquati violonchelo piano cervantino

Dúo italiano Dillon-Torquati regresa con un segundo recital

La pieza central del programa de este sábado será la Sonata en re minor, op. 40, de Shostakóvich, para conmemorar el 50 aniversario de su muerte

El dúo italiano Dillon-Torquati llegó a la edición 53 del Festival Internacional Cervantino (FIC) con un par de recitales en el hermoso templo del Señor de Santiago Apóstol, en Marfil, Guanajuato, para trazar un puente entre la música de cámara de compositores clásicos y contemporáneos europeos.

Francesco Dillon, violonchelo, y Emanuele Torquati, piano, debutan en México en el contexto del FIC, como una ensemble italiano surgido de la amistad que se concibe como un “espacio abierto al público”.

Después de un primer recital el sábado 18 de octubre, que entrelazó los Lieder románticos de Johannes Brahms, Alexander von Zemlinsky y Franz Liszt con composiciones contemporáneas de Mario Pagliarani y Francesco Filidei, pasando por Chet Baker y Anna Magnani, Dillón-Torcuati regresan al templo el viernes 24 (13:30 horas) con un programa de Brahms, Leoš Janáček y Dmitri Shostakóvich.

Además de ello, ambos incluyeron en su gira presentaciones por separado con sendos recitales en el Instituto Italiano de Cultura en Ciudad de México. La semana pasada el recital estuvo a cargo de Dillon y este domingo 26 de octubre tocará el turno a Torcuati en el espacio de Francisco Sosa 77, Coyoacán.

Dillon y Torquati colaboraban en un cuarteto y luego, hace ya dos décadas, Dillon invitó a Torquati a participar en un concierto en recuerdo de su nona (su abuela).

“Desde ese momento, que fue sumamente emotivo, hemos construido una muy buena relación. Francesco siempre tiene que recordarme que el dúo no es un matrimonio”, cuenta Torcuati en el FIC.italia Dillon Torquati violonchelo piano cervantino

La primera pieza del programa es “Sonata en mi menor, op. 38” de de Brahms, que para Emanuele Torquati es una obra clave del repertorio para piano y violonchelo.

“Comencé a estudiarla en la escuela. Después seguí con la vida y con la música y volví a ella. Nosotros creemos que [Brahms] es un compositor un poco malentendido. La gente imagina a un gran señor, con la barba larga, viejo, muy gordo, y nos imaginamos su música con esa pesadez; en un buen sentido: monumental. Pero en la música de Brahms siempre hay un corazón extremadamente tierno y poético. Quizá está oculto en una coraza muy fuerte, pero la esencia de su música es esa, amorosa”, expuso.

El diálogo musical seguirá con “Pohádka”, del checo Leoš Janáček. “En su música existe mucho la idea de la palabra, de la transcripción de frases habladas a musicales. Nosotros buscamos hablar con esa música, no entenderlo como algo separado… Es algo que se piensa con la noción de ‘canto’. Suele decirse que ‘el violonchelo canta’, pero a nosotros nos interesa no solo el canto, sino la palabra. El canto es siempre un artificio, pero la palabra puede ser directa y verdadera”, aclara el pianista italiano.

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La pieza central del programa de este sábado será la “Sonata en re minor, op. 40”, de Shostakóvich, para conmemorar el 50 aniversario de su muerte.italia Dillon Torquati violonchelo piano cervantino

“Su obra acepta muchas lecturas e interpretaciones, pero lo central es que es una música siempre al límite, donde la expresión debe ser extrema. En el papel puede parecer sencilla, pero el intérprete debe empujar hacia el límite del silencio, del tiempo, de lo sucio, del ruido. Es una música extrema”, agrega.

Dillon-Torquati tienen debut exitoso 

Shostakóvich compuso la sonata poco antes del estreno de su ópera “Lady Macbeth de Mtsensk”, uno de los momentos clave en su carrera y su relación con el régimen soviético.

“El periódico oficial Pravda la condenó en un editorial anónimo titulado ‘Caos en lugar de música’. Cuentan que en esa época el compositor vivía con una maleta bajo la cama, listo para huir o ser enviado a un gulag. No fue una pieza del gusto del poder porque era una pieza formalmente subversiva, como todo lo que hacía Shostakóvich”, comenta en su turno Francesco Dillon para el Festival Cervantino.italia Dillon Torquati violonchelo piano cervantino

“La música, y el arte no se limita nunca al presente. Aunque la historia de Shostakóvich guarda un momento histórico preciso, habla a lo eterno, porque los gritos de denuncia son eternos también. El arte lo es no simplemente porque es bello, sino porque habla fuerte sobre la realidad”, apunta Torcuati.

“Para nosotros, aún el acto de tocar música contemporánea lo pensamos como un hecho político y militante, en un sentido amplio. El arte no es un pasatiempo. La música es un acto ritual, político, espiritual y político. Nosotros lo sentimos así y eso es lo que queremos transmitir”, agrega el pianista.

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